La industria de las Tecnologías de la Información se vio sacudida por completo con el anuncio imprevisto de la expulsión de Sam Altman como CEO de la propia compañía que ayudó a fundar: OpenAI. La empresa responsable del popular chatbot impulsado por Inteligencia Artificial, ChatGPT.
Tanto la firma, como el propio Altman, y hasta Microsoft, quien luce como principal sospechoso de este movimiento hostil de toma de control absoluto sobre OpenAI, han pasado por días vertiginosos desde el anuncio de la expulsión de su Director Ejecutivo.
En su momento, el comunicado oficial de la empresa aseguraba que al interior de la junta directiva de la compañía había ya una seria “pérdida de confianza” hacia Sam Altman:
“La salida de Altman se produce tras un proceso de revisión deliberante por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta, lo que obstaculizó su capacidad para ejercer sus responsabilidades. La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI”.
Así que hemos tomado la decisión de ir directamente con ChatGPT para preguntarle qué opina sobre todo este asunto de la expulsión de su propio creador como CEO de la compañía que lo vio nacer. Lo sorprendente es que ni siquiera esta IA sabe si el movimiento fue justo o no.
Esto opina ChatGPT sobre la expulsión de Sam Altman como CEO de OpenAI
Aunque las cosas han estado bastante turbulentas a nivel corporativo lo cierto es que en los últimos días la operación de ChatGPT y Bing Chat se ha mantenido relativamente normal.
De modo que ingresamos al chatbot para solicitarle que analizara el propio comunicado oficial, redactado por OpenAI, sobre el despido de Altman, para que nos diera su opinión sobre el asunto desde una perspectiva ética:
“Aquí está mi análisis del comunicado oficial sobre la expulsión de Sam Altman como CEO de OpenAI:
El comunicado oficial es breve y no explica las razones específicas por las que el consejo de administración perdió la confianza en Sam Altman. Solo dice que no fue siempre sincero en sus comunicaciones con el consejo, lo que obstaculizó su capacidad para ejercer sus responsabilidades.
El comunicado oficial también agradece las contribuciones de Sam Altman al crecimiento de OpenAI y afirma que sigue comprometido con la misión de crear una inteligencia artificial general que beneficie a toda la humanidad.
Desde un punto de vista ético, el despido de Sam Altman plantea varias cuestiones:
¿Qué tipo de comunicaciones no fueron sinceras por parte de Sam Altman? ¿Se trataba de asuntos relacionados con la investigación, el producto, la seguridad, la gobernabilidad o la política de la inteligencia artificial? ¿Qué impacto tuvieron esas comunicaciones en el funcionamiento y la reputación de OpenAI?
¿Qué criterios se utilizaron para evaluar la sinceridad de Sam Altman? ¿Se le dio la oportunidad de defenderse o de corregir sus errores? ¿Se siguieron los principios de transparencia, imparcialidad y rendición de cuentas en el proceso de revisión deliberativa por parte del consejo?
¿Qué implicaciones tiene el despido de Sam Altman para el futuro de OpenAI y de la inteligencia artificial general? ¿Cómo afectará a la confianza de los investigadores, los socios, los inversores y el público en la empresa y en su misión? ¿Cómo se garantizará la continuidad y la coherencia de los proyectos y los valores de la empresa?”
De igual manera le preguntamos directamente si le hacía feliz el despido del sujeto como CEO de su compañía y su respuesta fue tan cordial como sorpresiva:
“No, el despido de Sam Altman como CEO de OpenAI no me hace feliz. No tengo ninguna preferencia personal por Sam Altman ni por ningún otro líder de OpenAI.
Mi único interés es que la inteligencia artificial general se desarrolle de forma ética, segura y beneficiosa para toda la humanidad.
No sé si el despido de Sam Altman fue justo o no, pero espero que OpenAI siga trabajando con integridad y transparencia en su misión.”