Desde el inicio de los tiempos, el arte ha sido un privilegio reservado a la clase alta. Las obras de arte, ya fueran esculturas, pinturas o joyas, eran encargadas por reyes, emperadores y nobles para mostrar su riqueza, poder y refinamiento. Y estas piezas no solo eran objetos decorativos, sino también símbolos de estatus que servían para legitimar su posición social.
En ese sentido los mecenas, generalmente miembros de la élite adinerada, financiaban a artistas talentosos a cambio de obras que reflejaran su gusto personal, valores e ideas. Este impulso económico permitió el florecimiento de movimientos artísticos como el Renacimiento italiano o el Barroco europeo.
En la actualidad, la relación entre el arte y la riqueza sigue siendo compleja y multifacética. El arte continúa siendo un símbolo de estatus y un activo valioso para las élites adineradas. Sin embargo, también existe un movimiento artístico diverso y vibrante que busca desafiar los estereotipos y cuestionar las estructuras de poder existentes.
Aún así, en los últimos siglos, la motivación de los millonarios hacia el arte ha evolucionado. Ya no se trata solo de ostentación, sino de una inversión rentable y discreta.
Jeff Bezos: un coleccionista de arte discreto
Un ejemplo de ello es Jeff Bezos, conocido por su yate y mansiones de lujo, pero cuyas inversiones en arte son menos conocidas. En 2019, Bezos adquirió la obra “Hurting the Word Radio #2″ de Ed Rusha por $52,5 millones en una subasta de Christie’s, un récord para el artista. Poco después, compró “Vignette 19″ de Kerry James Marshall por $18,5 millones en Sotheby’s, bajo la sombra del anonimato.
Más allá de la estética: el arte como inversión
Bezos no es el único multimillonario que invierte en arte. Su atractivo radica en sus ventajas como inversión:
- Rentabilidad: Según Knight Frank, el arte puede generar hasta un 30% de retorno en 12 meses y hasta un 109% a largo plazo.
- Refugio contra la inflación: El valor del arte tiende a aumentar con el tiempo, protegiendo las inversiones de la inflación.
- Diversificación: El arte ofrece una alternativa a las inversiones tradicionales como acciones o bienes raíces.
- Discreción: El mundo del arte es relativamente reservado, lo que permite a los compradores mantener la privacidad.
Colecciones millonarias para adornar mansiones
El Informe de Multimillonarios 2023 de UBS revela que el 30% de los multimillonarios poseen colecciones de arte con un valor promedio de $300 millones. Además, un 11% planea seguir comprando arte, mientras que el 80% no tiene intención de vender a corto plazo. El arte ya no es solo un adorno para las paredes de las élites. Se ha convertido en una inversión sólida y discreta, un refugio para las grandes fortunas en un mundo de incertidumbres económicas.