Un equipo científico ha logrado recuperar el ADN más antiguo de toda la historia de nuestro planeta. Se trata de información genética que obtuvieron del medio ambiente y no del resto de animales, que data de una fecha alrededor de hace dos millones de años.
Ese período pareciera ser una fecha cercana comparada con los fósiles de dinosaurios que tiene data de hace decenas de millones de años. Y ciertamente es así, la diferencia entre ambos es abismal y en los componentes óseos de las extintas especies también hay ADN.
Sin embargo, esta información genética que recientemente han encontrado fue extraída directamente del medioambiente, de una formación rocosa. Por lo tanto, tiene información mucho más detallada de cómo era el ecosistema en aquella época prehistórica de nuestro planeta.
Cuando se específica que este ADN revela información del ecosistema se refiere a que hay detalles de la flora, el clima y además parte de la fauna que habitaba. Este hallazgo se hizo en una localidad de Groenlandia, perteneciente al Ártico, y gracias al descubrimiento se supo que esta localidad terrestre era mucho más cálida que en la actualidad.
La flora y la fauna de Groenlandia hace 2 millones de años
La localidad en la que se realizó el descubrimiento se le conoce como Peary Land, región norteña de Groenlandia. Los científicos explican que en aquella época habían árboles, caribúes y mastodontes.
El ADN se encontró en una formación rocosa rica en fósiles, en un estuario poco profundo junto al océano, reseñó el portal Scientific American.
El análisis de los datos genéticos revela además que habían 102 géneros diferentes de plantas, incluidos 24 que nunca se han encontrado fosilizados en la formación. Asimismo, unos nueve animales, incluidos cangrejos herradura, liebres, gansos y mastodontes.
“Es realmente alucinante”, dijo Eske Willerslev, genetista evolutivo de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio.
Hace dos millones de años, esta región habría sido una costa boscosa con un caudaloso río que desembocaba en el estuario que analizaron, explica el autor.
La corriente de dicha agua llevó fragmentos de ADN de la tierra al medio marino, sitio en el que se conservaron y que hoy pueden analizar.