La NASA ha anunciado la construcción de un robot autónomo el cual tendrá como objetivo principal buscar vestigios de vida extraterrestre en el espacio y será probado durante el 2020 en la Antártida.
Una de sus primeras misiones será rumbo a Júpiter, específicamente a la Luna Europa, lugar que los astrónomos creen podrían existir vestigios de vida microscópica en aquel satélite.
El robot tendrá un tamaño aproximado de un metro de longitud, y entre sus virtudes especiales están las que será capaz de trabajar en el agua, además de contar con mecanismos especiales que le permitirán desplazarse debajo del hielo sin problema alguno, por lo que será puesto a prueba en el continente de hielo.
Robot busca vida
En una primera instancia, el robot será probado en la Antártida, siendo utilizado debajo del hielo en aquel continente con el fin de probar todos los mecanismos antes del viaje a Júpiter programado para el año 2025, según indica la Agencia Aeroespacial.
Por otro lado, el dispositivo contará con un par de ruedas independientes, las que le ayudarán a desplazarse por debajo del hielo sin problema alguno. El dispositivo será construido entre la NASA y la División Australiana Antártica, organización encargada de realizarle diferentes pruebas en los años venideros.
Según palabras de Kevin Hand, Científico investigador de la NASA «La misión Galileo que realizamos a finales de 1990 se dedicó a investigar las lunas del planeta Júpiter, incluyendo Europa. En ella se encontraron fuertes evidencias de un Océano salado que estaba debajo de la gruesa corteza de hielo de la Luna, así como también un piso rocoso».
«Este llamativo Océano salado puede tener más del doble del agua de la Tierra y posee todos los ingredientes correctos para que vivan organismos de simples formas de vida», afirmó dentro del comunicado en científico.
Según estimaciones, la Luna Europa en la NASA tendría una capa de 10 a 20 kilómetros de hielo antes de encontrar el agua líquida, por lo que este asunto de como llegara este lugar todavía no ha sido resuelto y la NASA tiene todavía 5 años para poder buscar una solución.