El 13 de noviembre de 2007, hace justo diez años atrás, se estrenaba en Xbox 360 y PlayStation 3 el primer Assassin’s Creed.
Mucho tiempo y muchos juegos de la serie han pasado desde entonces, algunos mejores y más memorables que otros. Del primero hay muchas cosas criticables pero hay algo indesmentible: puso la primera piedra para el gigantesco universo que creó Ubisoft.
¿Qué cosas son las que más se le criticaron a Assassin’s Creed en su momento? Principalmente, el diseño de las misiones. Recuerdo que cuando jugué Assassin’s Creed por primera vez me sorprendí tanto con el mundo como con el hecho de que, a medida que progresaba en el juego, el esquema se repetía casi con calco; una vez conocido el blanco al cual asesinar, era necesario realizar un par de misiones preparatorias antes de aplicar el golpe final.
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Esas misiones preparatorias consistían siempre en robarle algo a alguien en la calle, sentarse a escuchar una conversación, ayudar a alguien con una tarea mundana, etcétera. Y por supuesto, escalar torres; muchas torres repartidas por las tres ciudades que al sincronizarlas, mostraban los puntos de interés necesarios para completar los bloques de memoria.
Sin lugar a dudas, el juego era super repetitivo en cuanto a las actividades. Pero por contrapartida, la representación histórica de las ciudades de Jerusalén, Damasco y Acre era increíblemente auténtica. Si hay algo que no se le puede criticar a Ubisoft en general es la atención al detalle construyendo mundos, patrón que se repite de forma infaltable en cada entrega del juego, desde el primero hasta el nuevo Origins.
Mención aparte merece la historia del juego, que era cuanto menos atractiva desde el punto de vista narrativo. La mezcla de elementos antiguos con modernos, Desmond Miles como personaje y la conspiranoia detrás de Abstergo y órdenes milenarias de asesinos y templarios fueron, en gran parte, lo que eclipsó los problemas de diseño y jugabilidad del primer Assassin’s Creed.
Porque no cabe duda que mucha gente hizo la vista gorda de la repetitividad del juego en sí debido al interés generaba el saber cómo terminaría la historia.
A estas alturas nadie duda que Ubisoft estaba, ya en 2007, apostando en grande con Assassin’s Creed como franquicia, más allá de un único juego. En 2009 llegaría Assassin’s Creed II dándole una vuelta de tuerca al sistema de juego y siendo un open world más tradicional en cuanto al formato de misiones (en lo personal, no me parece tan excelente en cuanto a mecánicas) y de ahí en adelante la serie fue encontrando su forma definitiva.
Pero sin lugar a dudas, el primer Assassin’s Creed sirvió como puerta de entrada a una de las sagas más importantes que dejó la séptima generación de consolas y que a diez año de su estreno, ha renacido por completo con Assassin’s Creed Origins. Pero eso será materia de otro artículo.