¿Alguna vez te has levantado en medio de la noche solo para verificar si cerraste bien la puerta? Bueno, con tu cuenta de Google deberías tener el mismo hábito. No porque tengas vecinos curiosos —aunque quién sabe— sino porque tu correo, tus fotos, tus documentos y hasta tus búsquedas más vergonzosas están ahí guardadas.
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¿Y si alguien más está husmeando? Podría ser un hacker… o alguien más cercano, como tu ex, tu roomie o algún curioso con demasiado tiempo libre. Tranquilo, no necesitas ser técnico ni tener mil contraseñas: en unos minutos puedes revisar si todo está en orden. Te decimos cómo.
Revisa si alguien más ha iniciado sesión en tu cuenta (sí, también desde su teléfono)
Google lo pone fácil. Puedes revisar qué dispositivos están conectados a tu cuenta desde tu PC o desde tu celular, y en ambos casos el proceso es sencillo. Si ves algo sospechoso —como un iPhone en Colombia y tú vives en México con un Android— ya sabes que algo no cuadra.
Desde tu computadora: detective en modo escritorio
Primero, entra a cualquier servicio de Google (como Gmail o Google Drive). Luego da clic en tu foto de perfil, en la esquina superior derecha, y selecciona “Administrar tu cuenta de Google”. En el menú lateral izquierdo, ve a la sección Seguridad y desplázate hasta encontrar “Tus dispositivos”.
Ahí, selecciona “Administrar todos los dispositivos” y revisa la lista. Si ves algo que no reconoces, haz clic en ese dispositivo y presiona “Cerrar sesión”. Así, como quien cierra la puerta y echa cerrojo.
Desde tu teléfono: porque nadie suelta el celular
Abre la app de Google en tu Android o iPhone, toca tu foto de perfil arriba a la derecha, y ve a “Administrar tu cuenta de Google”. Desliza hacia las pestañas superiores y elige “Seguridad”. Después, baja hasta la sección de dispositivos y selecciona “Administrar todos los dispositivos”.
¿Te suena desconocido uno? Tócalo y luego dale a “Cerrar sesión”. Así de fácil.
No olvides las aplicaciones conectadas (sí, esas que ni sabías que aún usabas)
A veces el problema no es un dispositivo desconocido, sino una aplicación vieja a la que le diste permiso hace años y que ahora es un agujero de seguridad con patas. Si conectaste tu cuenta de Google a servicios de terceros —como apps para editar fotos o juegos antiguos— más vale que los revises.
Hackers pueden aprovechar apps abandonadas o cuentas de empresas que ya ni existen para entrar sin que te des cuenta. Limpiar estas conexiones es como hacer orden en tu closet: no solo te sientes más seguro, también liberas espacio mental.
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Más vale prevenir que llorar por tus correos filtrados
Hacer una revisión rápida de tus dispositivos conectados y las apps asociadas puede ahorrarte un buen susto. No necesitas ser experto ni esperar a que alguien robe tu identidad para tomar acción. Una cuenta protegida es una cuenta feliz… y tú, un usuario más tranquilo.
Así que ya sabes: revisa, cierra sesiones sospechosas, y si puedes, cambia tu contraseña. Tu cuenta de Google te lo agradecerá.