La triste historia de un robot que prometía transformar la interacción entre niños y robots ha llegado a su fin. Moxie, el androide creado para fomentar las habilidades sociales y emocionales de los más pequeños, ha sido víctima de la crisis económica que ha obligado a su empresa creadora, Embodied, a cerrar sus puertas.
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Muchas son las empresas que han sufrido a causa de la crisis económica en este año
Lanzado al mercado en 2020 con gran expectación, Moxie se ganó el corazón de muchos niños con su capacidad para conversar y aprender. Su precio, aunque elevado, no fue un impedimento para aquellos que buscaban una herramienta innovadora para el desarrollo de sus hijos. Sin embargo, el elevado coste de mantener la inteligencia artificial que lo impulsaba y la retirada de un inversor clave han sido golpes fatales para el proyecto.
La noticia ha caído como una bomba entre los usuarios de Moxie, quienes han expresado su tristeza y preocupación a través de redes sociales como TikTok. Muchos padres se enfrentan ahora al difícil reto de explicar a sus hijos por qué su querido compañero robótico ya no funcionará más. Para facilitar esta conversación, Embodied ha proporcionado una carta en la que se intenta abordar el tema de manera sencilla y comprensible para los niños.
El cierre de Embodied es un duro golpe para su fundador, Paolo Pirjanian, un reconocido experto en robótica que ha trabajado en proyectos tan ambiciosos como el envío de robots a Marte. A través de una carta abierta, Pirjanian ha expresado su agradecimiento a los usuarios de Moxie y ha lamentado no poder ofrecer una solución más satisfactoria.
La historia de Moxie sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrenta la industria de la robótica. A pesar de los avances tecnológicos, la creación de robots capaces de establecer relaciones significativas con los humanos sigue siendo un objetivo complejo y costoso.