Hemos visto Guardians of the Galaxy Vol. 3 y tenemos que hablar sobre la relevancia del logro que representa este estreno, en un punto donde el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) no pasa por su mejor momento.
El mundo era otro. Corría el mes de mayo de 2017 cuando Marvel Studios nos regaló Guardians of the Galaxy Vol. 2, una cinta que fue incomprendida por muchos en su momento que exigían más de lo mismo que vieron en la primera cinta, pero que con el tiempo tomó su justa relevancia y peso para el MCU.
Porque, por sobre todas las cosas. la trilogía de James Gunn nos ha regalado una lección clave sobre consistencia y determinación. Algo que le hace falta al resto de las cintas de la fase actual de esta franquicia.
La segunda cinta de esta trilogía se mantuvo firme en su decisión de narrar una historia que funcionara en paralelo como un tributo a los shows de ciencia ficción que cimentaron las bases de la Space Opera.
Flash Gordon, Star Trek, Lost in Space y todo ese largo etcétera se ven reflejados en esa aventura cuya conexión par la tercera parte lucía como imposible.
Pero hoy descubrimos que James Gunn tenía todo planeado e interconectado desde mucho tiempo atrás.
Guardians of the Galaxy Vol. 3 se apunta la primera trilogía perfecta del MCU
A estas alturas el MCU cuenta con algunas trilogías exitosas, sin lugar a discusiones, pero también es cierto que algunas de esas cintas son menos sólidas que otras.
Por ejemplo, con Captain America, tenemos una segunda y tercera entregas trepidantes que terminaron cimentando el ADN de Infinity War y Endgame. Pero la primera cinta es un tanto blanda y genérica.
Con Iron Man las primeras 2 cintas son excepcionales, pero la tercera película convierte en un payaso a su villano despiadado y decide convertirse en un cuento de Navidad.
Con Spider-Man no cabe duda que No Way Home alcanza los niveles de genialidad que vivimos con Endgame, pero la segunda cinta no tiene ni pies ni cabeza y es perfectamente olvidable.
Thor y Ant-Man ni siquiera valen la pena comentarlas y lo que le terminó sucediendo a esas franquicias desdibujadas. En cambio Guardians of the Galaxy es la brillante excepción a la regla.
Apuntalado por algunas escenas paralelas en Thor: Love and Thunder, más el Especial de las Fiestas, el vol. 3 de esta aventura nos presenta un cierre redondo, sólido, lleno de acción, drama y bastantes emociones.
Guardians of the Galaxy Vol. 3 es una lección sobre segundas oportunidades
Llama la atención la claridad con la que James Gunn nos ilustra sobre la intención de su relato. Por un lado nos marca explícitamente que el eje y espíritu medular de esta saga siempre ha sido Rocket Raccoon y la forma en como influye en el resto de los personajes.
A la par que nos regala una historia entrañable sobre las segundas oportunidades, para redimirnos y encontrarle un sentido de plenitud, equilibrio y redención a todos nuestros errores del pasado.
En la trama de esta cinta de dos horas y media (que gracias a su ritmo se siente mucho más corta) vemos cómo cada uno de los personajes completa su odisea, su camino del héroe, para llegar a un punto de conclusión individual admirable.
Todo aderezado por secuencias visuales impresionantes y un soundtrack excepcional, tan bueno como el del volumen 1 o posiblemente mejor.
Destacamos igual la decisión curiosa pero grata por parte de James Gunn de realizar homenajes y guiños, en secuencias, encuadres o parlamentos, a otras obras de la cultura popular contemporánea.
Con una selección inverosímil de obras que pasa por Toy Story, Firefly, Star Wars, Star Trek, The Lion King, Among Us, Die Hard, The Simpsons y hasta Tusk.
Guardians of the Galaxy Vol. 3 por donde se le vea es un deleite visual y justifica por completo vivir la experiencia en una sala de cine, a diferencia del resto de las cintas recientes del MCU.