El complejo hallazgo de la información genética de un ADN cambia por completo lo que se pensaba del colapso de la civilización de la antigua Rapa Nui, hoy Isla de Pascua (Chile).
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Durante años, la narrativa más aceptada sobre la civilización de Rapa Nui era la de un colapso autoinfligido. Según esta teoría, los habitantes habrían sobreexplotado los recursos naturales de la isla, provocando un “ecocidio” que diezmó su población antes de la llegada de los europeos en 1722.
Sin embargo, estudios recientes basados en análisis genéticos están desafiando esta versión, sugiriendo que los rapanui mostraron una notable capacidad de adaptación a su entorno y que su población se mantuvo estable hasta el contacto europeo.
Habitantes de Rapa Nui y su capacidad para navegar
Uno de los descubrimientos más sorprendentes revela que los antiguos rapanui tuvieron contacto con poblaciones indígenas de América del Sur siglos antes de la llegada de los europeos.
De acuerdo con una reseña de El País, el análisis del ADN de individuos que vivieron entre 1670 y 1950 muestra señales de mestizaje con estas civilizaciones, lo que apunta a un intercambio cultural y genético. Esto sugiere que Rapa Nui no era una sociedad aislada, sino parte de un sistema en el que sus habitantes se llegaron a encontrar con otras civilizaciones.
Estos hallazgos también resaltan las avanzadas habilidades de navegación de los rapanui. La posibilidad de haber realizado viajes transoceánicos hasta América del Sur demuestra que sus conocimientos marítimos eran extraordinarios.
Según informe de The Jerusalem Post, el estudio llevado a cabo por el antropólogo Víctor Moreno-Mayar, actualmente en la Universidad de Copenhague, refuerza una visión más compleja y dinámica de la historia de Rapa Nui.
“No encontramos evidencia de una pobre o declinante diversidad genética; lo que encontramos es que la diversidad genética estaba aumentando. Podemos decir que no hubo colapso. Encontramos en estos restos que sus genomas eran 90% polinesios, pero, sorprendentemente, el 10% tenía genomas de indígenas americanos”, dijo Víctor Moreno-Mayar.
Lejos de ser una civilización que colapsó por su cuenta, los rapanui eran navegantes y sobrevivientes resilientes que mantuvieron contactos significativos con otras culturas.