Todos los que amamos y seguimos la trayectoria de los proyectos de SpaceX sabemos perfectamente que han tenido unos meses pesados con las pruebas de sus cohetes Starship.
Esto no ha afectado para nada el financiamiento y la fortuna de Elon Musk, pero cuando en una prueba una de estas naves explota es comprensible que las autoridades inicien las investigaciones correspondientes.
Eso fue justo lo que hizo la Federal Aviation Authority (FAA) y ahora por fin han concluido sus indagaciones.
El público nunca estuvo en peligro
De acuerdo con los amigos de Space.com, la investigación de la FAA se habría enfocado en el vuelo de prueba a gran altitud del pasado 2 de febrero de 2021.
Este despegue se realizó con el prototipo SN9 de Starship y como recordarán durante la prueba, el prototipo se elevó por los cielos con éxito.
Pero al intentar hacer la maniobra para ejecutar su aterrizaje vertical hubo un desbalance que sumado al peso y velocidad de caída hizo que terminara todo en una gran explosión. La Agencia puso manos en el asunto y estas fueron sus conclusiones:
La FAA cerró hoy la investigación del percance del prototipo SpaceX Starship SN9 del 2 de febrero, despejando el camino para el vuelo de prueba SN10 pendiente de la aprobación de las actualizaciones de licencia por parte de la FAA.
En diciembre de 2020 SpaceX habría tenido un incidente similar con otra explosión monumental. Por lo que la FAA ya tenía rato indagando si Elon Musk y su empresa habría o no violados algunos lineamientos.
La buena noticia es que todo está en orden y el muchacho tiene el terreno libre para seguir haciendo sus pruebas, que ojalá, ahora no acaben en explosiones.