Walt Disney construyó un imperio enorme que ha crecido a niveles insospechados para convertirse en la compañía de entretenimiento más grande y poderosa del planeta.
Pero esto ha implicado también varias historias de injusticia, abuso y explotación. En donde los propios empleados de los parques de diversiones de Disneyland serían algunas de las víctimas principales de esta máquina.
Eso es justamente lo que descubrió Abigail Disney, heredera de todo el legado de su abuelo y tío abuelo, Roy y Walt Disney. Ella recibió un mensaje en Facebook de un empleado, en donde describía el panorama vivido por sus compañeros.
Lo relatado era alarmante, así que decidió visitar las instalaciones del parque de Anaheim (California, EE.UU.), para comprobar con sus propios ojos lo que sucedía ahí. La mujer explotó y denunció lo que observó:
Cada uno de los individuos con las que hablé me decía: ‘No sé cómo puedo mantener esta cara de alegría y calidez cuando tengo que ir a casa y buscar comida en la basura de otras personas’.
Abby, con 59 años de edad, reclamó que la empresa le pague a sus empleados de Disneyland un salario mínimo de USD $135 dólares por cada turno de nueve horas.
Mientras que Bob Iger, Presidente ejecutivo de la compañía cobra en ese mismo lapso cerca de USD $180.000. Lo que equivale a 13.000 veces más aproximadamente.
Eso cala.