En el mundo del entretenimiento, la idea de un spin off no es poco frecuente, sobre todo en la televisión; parte específicas de un producto a veces son tan buenas que ameritan ser un producto por si solo y ejemplo de esos hay muchos.
En los videojuegos quizás los ejemplos no son tantos pero el más reciente, al menos por parte de Nintendo, se llama Captain Toad Treasure Tracker, un juego de puzzles/plataformas que comenzó su vida como niveles de bonus en el notable Super Mario 3D World.
En esos niveles la idea era simplemente conseguir una estrella en escenarios muy pequeños pero con una importante limitación: Toad, el protagonista, no puede saltar. La mecánica tal vez más importante en los juegos de Super Mario Bros. a lo largo de la historia ha sido removida y eso agrega un lindo problema a resolver porque los niveles que recorre Toad tienen verticalidad.
Entonces, para encontrar la salida -o mejor dicho, el camino a la estrella- lo que hay que hacer es mover la cámara. Con el stick derecho, es posible cambiar la perspectiva de forma tridimensional, de manera de ir viendo por que partes se puede mover Toad esquivando obstáculos y enemigos que se encuentran en el camino. Y eso es todo el juego.
La idea inicial es tan notable que por supuesto que Nintendo creó un juego alrededor de ella. Y básicamente no hay mayores cambios a la mecánica original excepto en que ahora los casi 80 niveles con los que consta el juego son un poco más grandes y un poco más complejos. Además, en Treasure Tracker hay una pequeña historia que cada cierto tiempo tiene a Toad enfrentándose a jefes gigantes o recorriendo niveles en carritos, todo sin romper la principal ley que rige a todo el juego: no hay saltos.
Un título de puzzles con estas características en general «vive» solo en base a lo que los diseñadores puedan hacer con los niveles y que tan inspirados estén al crear los desafíos. Además, también es casi obligatorio que el juego tenga una curva de dificultad apropiada para que a medida que pasan los niveles esta no sea ni plana ni tampoco demasiado castigadora en un momento dado.
Captain Toad Treasure Tracker está más cercano a la primera esquina que a la segunda -la de una curva de dificultad no tan marcada- porque el juego nunca se hace realmente más difícil. Sí, los niveles son más complejos pero me da la impresión de que alguien que no ha jugado ninguna etapa podría pasar una de las más avanzadas sin mayores problemas.
Y esto tiene que ver también con el target a quien va enfocado Treasure Tracker.
Al igual que muchos de los juegos de la franquicia Mario, hay dos públicos a los que está enfocado el juego. Por una parte están los fans (o asiduos) de Nintendo de toda la vida, que disfrutan un juego de estos sin preocuparse por el desafío que ofrezcan o cosas parecidas. A mi estos juegos me gustan por lo que significa Mario en mi «vida de videojugador», amén de que el diseño de estos juegos siempre es bastante bueno.
Por otra parte, están los niños de menor edad que tal vez recién se inician en los videojuegos y cuyo acercamiento no puede ser tan complejo. Captain Toad Treasure Tracker me parece un juego en particular muy inspirado en esto ya que es un muy buen primer acercamiento a entender, por ejemplo, un sistema sencillo de control de perspectivas y planos tridimensionales vistos en una pantalla de dos dimensiones.
Porque a fin de cuentas, los puzzles se resuelven siempre mediante el uso de la cámara y las perspectivas. Los caminos que hay que encontrar y los objetos a encontrar tienen un camino casi siempre oculto a la cámara excepto a una posición específica. En Super Mario 3D World (el juego completo) el uso de la cámara esta prefijado en diferentes ángulos específicos, en cambio en Treasure Tracker esa limitación desaparece y por ende, es obligatorio entender el uso de ambos sticks.
En Nintendo Switch hay un pequeño cambio a algunas cosas que son obligatorios porque el juego nació sobre una consola con dos pantallas como la Wii U; la Switch tiene solo una y algunas acciones táctiles en modo portátil no se pueden trasladar al televisor. Para solucionar esto, la implementación es simple y efectiva: un puntero en pantalla que se mueve mediante el sensor de movimiento.
Este sistema parece el más apropiado y que no rompe ningún esquema del juego, aunque por razones obvias es mucho menos intuitivo que tocar la pantalla con un dedo o con el stylus, como se hace también en la versión nueva de Nintendo 3DS.
El detalle en particular, eso sí, no desarma el juego ni el núcleo de la idea. Al final del día es un agregado que sí, se termina utilizando pero no, no parece tan vital. Lo primordial, que es resolver los desafíos mediante la cámara y el movimiento de Toad de un lado a otro, no se altera sin importar la versión que se juegue.
Quienes ya hayan jugado la versión de Wii U y prueben las dos nuevas, verán que los niveles inspirados en Super Mario 3D World se cambiaron por otros inspirados en Super Mario Odyssey. El resto del juego es igual y termina sucediendo lo mismo que con otros títulos de Wii U que saltan a la Switch: son, en su mayoría, juegos de excelencia que a causa de la baja popularidad de esa consola, su exposición al público masivo no fue todo lo que merecían.
Captain Toad Treasure Tracker es un juego muy bueno. Nintendo, sí de algo sabe, es de inventar o reinventar fórmulas basadas en sus propias creaciones y siempre con diseños sin prácticamente errores o cosas incompletas. Treasure Tracker, siendo un juego menor dentro del catálogo de Nintendo, tiene el sello de calidad por el que los japoneses son famosos.