Un día cualquiera, Roberto Catalán entró al banco. Se dirigió con el ejecutivo y le pidió la cotización de un crédito para un departamento. Recibió una hoja con la información y se marchó a otro banco, esperando que le mejoraran la oferta. Así, uno tras otro, durante el resto de la jornada.
Él, como miles de latinoamericanos en su misma situación, visitó un puñado de instituciones bancarias siguiendo un proceso similar. Roberto notó algo extraño: ¿por qué él –el cliente– tenía que esmerarse tanto para obtener las mejores condiciones para un crédito? ¿Por qué tenía que perder horas (o días) de un banco a otro, en un procedimiento prácticamente idéntico en cada ocasión?
¿Por qué los bancos no se peleaban por tenerlo a él como cliente?
Así fue como Roberto ideó juus.to, un sistema que fomenta la competencia bancaria en favor de los clientes. “Si todos los bancos piden lo mismo, entonces el proceso se puede sistematizar” –me cuenta Matías Rojas, cofundador y COO, a través de una videoconferencia– “los ejecutivos bancarios ocupan sistemas muy poco eficientes para entregar créditos. Ellos pierden mucho tiempo.”
La idea de juus.to es facilitar las condiciones de crédito para las personas. Matías explica que si una persona va de banco en banco, presentando las cotizaciones y comparándolas, puede obtener hasta 10% de condiciones mejores. Eso les llevó a idear una plataforma que facilitara la vida, que diera ahorro de costos y tiempos, una propuesta ganar-ganar.
Pero algo falló.
“No vendemos software, hacemos una causa”
Cuando Roberto y Matías fueron a los bancos a vender su idea, no se generó mucho interés. “El sector financiero es muy reacio a innovar” –confiesa mi entrevistado– “no tuvimos buena recepción”. Entonces se percataron que necesitaban demostrarle a los bancos que existe una demanda patente del servicio; que la gente exigiera a las instituciones. Así lanzaron su campaña.
Con el 2 de julio como fecha fatal, decidieron sumar a la mayor cantidad de chilenos posible para que los bancos se percataran de su error. “No vendemos un software” –recalca Matías– “hacemos una causa”.
Gracias a Francesca Camilli –quien es encargada de comunicación en juus.to– lograron diseñar una campaña de medios digitales, redes sociales y herramientas de bajo costo (a la cual puedes sumarte a través de Thunderclap). Su manifiesto es muy claro.
Una interacción dinámica
La intención de juus.to es proveer a los ejecutivos bancarios de una plataforma en forma de subasta. El usuario subte su documentación a una base de datos segura; los bancos entregan en tiempo real las ofertas y el cliente elige la mejor opción según sus necesidades: costo, tiempo, incentivos, valor agregado, entre otros.
Le pregunto a mi entrevistado sobre el peligro de que la gente cierre el trato fuera de juus.to y sólo use su servicio para cotizar. Matías entiende que es un riesgo, pero confía en la alta eficiencia dentro de la web en comparación con “hacerlo afuera”.
Una necesidad a nivel mundial
Matiás me explica que su modelo de negocio sigue en prueba; se debaten entre cobrar una cuota mensual a los bancos o una comisión por negocio cerrado. Incluso, contemplan dirigir el software a los ejecutivos de cuenta para facilitarles el trabajo. Lo que tienen bien claro que juus.to no se financiará por publicidad de las instituciones bancarias. “Debemos mantener neutralidad”, subraya.
Aunque la beta estará lista en unos meses y aún queda mucho por pulir, el equipo (conformado por cuatro emprendedores chilenos: Roberto, Matías, Francesca e Isidora, la directora legal) entiende que su propuesta de valor “no está en vender un software, sino en la resolución de un problema”. En ese sentido, su campaña busca evidenciar una necesidad de los clientes que puede solucionarse a través de la web.
Tal vez si este 2 de julio se hacen escuchar, la próxima vez no tengamos que recorrer la ciudad de una sucursal a otra para pedir que nos dé un mejor acuerdo para el crédito de una casa, un auto, un préstamo. Quizá –y falta mucho trecho, pero la lucha se está haciendo– un día sí se peleen los bancos por satisfacer los requerimientos del cliente y no viceversa.
Sería lo justo.