Por desgracia, en internet nos gusta expandir modas hasta el extremo de lo imaginable. Nos pasó con las modas del planking, nos está pasando con la tontería del selfie. Una moda que no aportada nada, solo vanidad, pero que lleva teniendo calado en la cultura de internet desde hace décadas cuando las cámaras digitales nos permitían hacernos una foto y publicarla en unos minutos. Ahora es casi al instante.
Aquí una nueva tendencia que une dos de esas palabras que estamos cansados de escuchar: selfie y drones.
Sí. Está pasando. Quizá sea la novedad, quizá sea que cualquier cosa bien realizada con uno de estos cuadrópteros se siente diferente, pero estos retratos animados con vídeo son algo diferente que por fin intenta mostrar algo más que tu cara.
Amit Gupta de la tienda online Photojojo ha sido uno de los pioneros con este espectacular vídeo.
[vimeo]https://vimeo.com/91898486[/vimeo]
El propio «dronie» de Twitter
No nos engañemos, el montaje lo es todo, también al música ambiental. Pero aquí es cuando nace la nueva palabra: dronie. Tal es el gusto que algunas personas les ha tomado por el uso de drones y hacerse vídeos, que hasta Twitter tiene una cuenta oficial para su propio dron con cámara @dronie.
Esta cuenta es una prueba del equipo de marketing de Twitter para hacer retratos más interesantes de personajes famosos o de eventos importantes. El primero (el de aquí arriba) tiene al actor Sir Patrick Stewart en el Festival de Cannes.
Por qué es algo que veremos más a menudo
Cuando vemos una autofoto, un selfie, vemos a una persona en un momento capturado por una foto. Pero muchas de estas fotos están prefabricadas. A la gente le gusta mentir en internet, todo el mundo tiene vidas más interesantes en internet que en la realidad.
[vimeo]https://vimeo.com/92103153[/vimeo]
Las personas son interesantes, pero también lo son la zona que lo rodea. Hay una razón de peso por el que estos vídeos se hacen populares, aparte del montaje y del efecto zoom, es que eres capaz de ver dónde te encuentras, con quien te encuentras, que es lo que hay a tu alrededor.
Una foto vale más que mil palabras, un vídeo entonces sería incalculable. Poder ver más allá de lo que nuestra cara pueda decir una foto prefabricada, en una época en la que el compartirlo todo es lo que vale, uno de estos vídeos tiene mucho valor.
Pero no es nada barato hacerse uno vídeo como este. Necesitarás aparte de una GoPro (la lente gran angular ayuda mucho) uno de estos drones. Un dron Iris de 3D Robotics que cuesta USD$750 o un famoso Phantom 2 de DJI cuesta más de 500€.
Sería un vídeo muy caro, solo apto para personas con bolsillos holgados. Pero no va a pasar mucho tiempo cuando veamos en grandes eventos uno de estos cuadrópteros que por un módico precio te haga un vídeo para colgarlo en tus redes sociales. Incluso en grandes estadios o eventos deportivos podría ser un servicio más para que la gente no olvide dónde estuvo (y poder restregarlo en Facebook).