Hoy tuve la suerte de recibir la visita de un invitado muy esperado. Desde hace 18 meses tengo un PowerBook G4 (PBG4) 12″ que le compre usado a un amigo, así que en realidad el computador ya tiene más de 30 meses de servicio activo. De todos los portátiles que he tenido, el PBG4 12″ es lejos mi favorito. Su tamaño es perfecto (perfectamente pequeño), su teclado es el mejor que he usado en mi vida (en cualquier dispositivo), pero su pantalla tenía una resolución de 1024×768 que siempre me dejaba con gusto a poco.
Hace unos 8 meses empezaron a aparecer los rumores: el próximo PowerBook de 12″ iba a llamarse MacBook y su pantalla tendría una resolución de 1280×800, manteniendo su tamaño pequeño al ser de 13 pulgadas. Pasaban los meses y el MacBook prometido no aparecía, pero los 1024×768 pixeles exigían urgentemente ser reemplazados por algo mejor. Incluso pensé en comprarme un Dell Inspiron y hackear Mac OS X para correrlo ahí. Hasta que finalmente hoy, 8 meses más tarde, un amigo tocó el timbre de mi departamento con su nuevo MacBook bajo el brazo. La espera valió la pena.
Aparte, ahora que este computador corre tan felizmente Mac OS X como cualquier sabor de Windows o Linux, este ya no es un computador solo para fanáticos de Exposé.
¿En pocas palabras? Quiero uno. ¿En más palabras? Sigue leyendo.
Los últimos 7 años, Apple ha tenido dos lineas de portátiles: «iBook», para consumidores; y «PowerBook», para profesionales. Desde su cambio a procesadores Intel, Apple anunció que iba a dejar de usar el nombre «Power» e iba a empezar a ponerle «Mac» a todos sus computadores. Así que cuando salió el MacBook Pro, supusimos que probablemente existiese un MacBook, sin Pro. Pero recién ahora descubrimos que el «MacBook» no solo viene a reemplazar la linea iBook completa. También reemplaza al PowerBook G4 12″, el mini computador para profesionales.
Así que queda la pregunta: ¿Es un iBook o un PowerBook? ¿Es para consumidores o profesionales?
Solo tuve el computador por media hora, por lo que únicamente pude obtener una impresión superficial y no es muy técnica. El computador que probé, era un MacBook negro, con un procesador Intel Core Duo de 2.0 Ghz, 80 GB de disco duro y 512 MB de RAM (tal como viene de fábrica).
Recepción WiFi: iBook
Esta fue mi primera gran sorpresa. Apenas abrí el MacBook, fui a seleccionar la red WiFi de mi departamento para instalar programas y hacer pruebas. Con mi fiel PBG4 nunca había encontrado más de 3 redes WiFi en mi departamento (una de ellas mía), y pensé que simplemente no habían más en el área (3 ya es harto, en cualquier parte de Santiago). Casi pensé que era un error cuando veo que aparecen 13 redes WiFi. ¡¡¡Trece redes de Internet inalámbrico!!! (La mayoría de ellas cerradas, en todo caso.) Estoy en Providencia y veo casi tantas redes como en el centro de Nueva York.
El iBook, al tener una carcaza de policarbonato, siempre ha tenido mejor recepción de Internet inalámbrico que el PowerBook, de aluminio puro que interfiere mucho. Pero el MacBook le gana por lejos a ambos.
No solo eso, el plástico del MacBook es más parecido al del antiguo PowerBook G3 negro, que la versión brillante de iPods e iBooks. Mucho mejor. Aparte, el policarbonato lo hace mucho más liviano que el PBG4.
Procesador y Video: PowerBook
No para el MacBook. Reprodujo videos de máxima calidad HDTV sin esfuerzo. Tomando en cuenta que tiene que estar ajustando cada cuadro de 1080p a su resolución de 1280×800, y no reproducirlos nativamente en una pantalla 1080p (1920×1080) como la que tiene el G5. No lo podía creer, así que probé varias veces, haciendo todos los ajustes e invocando a los dioses en el G5. Este siempre tartamudeaba al tratar de reproducir el trailer de Serenity a 1080p (ZIP – 129 MB).
El MacBook lo reprodujo sin perder un solo cuadro, y lo seguía haciendo mientras yo copiaba e instalaba programas. Con solo 512 MB de RAM y una tarjeta de video integrada Intel GMA 950 con 64 MB de video compartido. ¿Mencione que ni siquiera estaba enchufado? Con la configuración por defecto de ahorrar energía activada (lo que disminuye el desempeño).
Mi actual PowerBook G4 12″ con suerte puede mostrarte 1/30 de los cuadros mientras tartamudea tratando de reproducir la banda sonora. Enchufado y en modalidad de máxima potencia y mínima conservación de energía.
De hecho ZeroZen publicó en su sitio que este MacBook corre Final Cut Pro 5 y Motion 2 más rápido que un PowerMac G5 Dual igualito al mío.
Wow. La próxima vez voy a ver que tan bien le va con Unreal Tournament.
Teclado: PowerBook
Una de mis cosas favoritas de los PowerBook son sus teclados. Son simplemente perfectos. Es inmensamente superior al de los iBook, al teclado extendido de iMacs y PowerMacs, y de cualquier PC que haya probado en mi vida (aunque algunos VAIO se acercan bastante). Por eso, el nuevo teclado del nuevo MacBook me preocupaba mucho.
Por suerte, no se equivocaron. No es tan perfecto como el de PowerBooks y MacBook Pros, pero llega bastante cerca.
Todo lo demás: MacBook Pro
Lo peor: Rosetta
Quede tan fascinado con la máquina que casi no le encontre fallas. Pero en el poco rato que lo tuve, pude sufrir con la emulación de los programas que no son para Intel o Universal Binaries. Aunque Rosetta es un increible logro tecnico, permitiendo que aplicaciones escritas para PowerPC puedan correr en un procesador Intel, el desempeño es muy perjudicado. La buena noticia es que muchisimos programas ya tienen version nativa para Intel o Universal (desde Final Cut Pro hasta VLC). La mala noticia es que Photoshop todavia tiene que funcionar bajo Rosetta, es decir bajo emulación, lo que lo hace más lento. Adobe anuncia que la versión nativa de Photoshop recien llegará a finales de este año y posiblemente a principios del próximo. (¡Vamos Adobe!)
Precio: iBook
Así que no importa si prefieres Mac OS X, Windows o Linux (o si usas los 3 al mismo tiempo), este es un portátil de lujo a precio de estudiante.
Como pueden ver, no fueron pruebas con benchmarks matemáticos ni de todas las funciones del MacBook. Pero con las pocas pruebas que pude hacer, superó con creces mis expectativas. 8 meses de expectativas.