A lo largo de los años, Facebook ha enfrentado diversas polémicas relacionadas con sus estrategias para enfrentar a la competencia. Estas controversias han puesto en tela de juicio las prácticas de la compañía más de una vez y han generado un debate sobre los límites de la innovación en la era digital. Desde la adquisición de competidores como Instagram y WhatsApp, hasta copiar funciones de otras plataformas, como Snapchat e Stories.
Incluso, la Unión Europea ha multado a Facebook por abusar de su posición dominante en el mercado al dificultar que los usuarios se cambien a otras plataformas. Estas prácticas anticompetitivas limitan las opciones de los consumidores y obstaculizan la innovación. Ahora, un nuevo escándalo remece a la compañía origen de Meta.
Correos electrónicos del CEO de de la compañía, Mark Zuckerberg, y otros altos directivos revelaron un esquema de ciberespionaje implementado por Facebook para monitorear el comportamiento de los usuarios en Snapchat, su principal competidor en el mercado de las redes sociales.
La génesis del proyecto Ghostbusters
Estos documentos, que se hicieron públicos a raíz de una demanda interpuesta por un grupo de anunciantes contra Meta por prácticas anticompetitivas, muestran el intercambio de correos electrónicos que comenzó en junio de 2016.
En ese momento, Snapchat era la aplicación de moda, experimentando un rápido crecimiento en su base de usuarios, mientras que Facebook perdía terreno entre las nuevas generaciones e Instagram corría el riesgo de estancarse como una simple app para compartir fotos.
En respuesta al auge de Snapchat, Facebook lanzó en agosto de 2016 su propia función de Stories, una copia casi idéntica de la característica original de Snapchat. Si bien esta estrategia logró frenar el crecimiento de Snapchat, Facebook no se conformó con eso.
Los documentos filtrados revelan la creación de un proyecto secreto denominado IAAP, apodado “Ghostbusters” en clara referencia al logo de Snapchat. El objetivo del proyecto era analizar el tráfico de la app rival mediante un kit integrado en la propia app de Facebook. Este kit, que los usuarios instalaban en sus dispositivos, recopilaba información sobre su actividad digital en otras aplicaciones, incluyendo Snapchat.
A pesar de la presión ejercida por Zuckerberg y otros altos directivos de la compañía, el proyecto IAAP enfrentó la oposición del responsable de seguridad de Facebook. Este funcionario expresó sus preocupaciones sobre la legalidad y la ética de la iniciativa, advirtiendo sobre los riesgos de una posible filtración de datos y el daño a la reputación de la empresa.
Finalmente, y tras las objeciones del responsable de seguridad, el proyecto IAAP fue cancelado. Sin embargo, los documentos filtrados dejan al descubierto la disposición de Facebook para recurrir a métodos cuestionables para obtener información sobre sus competidores y mantener su dominio en el mercado de las redes sociales.
Las repercusiones de esta revelación
La publicación de estos documentos ha generado gran controversia y ha puesto en tela de juicio las prácticas de Facebook en materia de privacidad y competencia. La compañía se enfrenta a posibles investigaciones por parte de las autoridades reguladoras y a un mayor escrutinio público sobre sus métodos para recopilar y utilizar datos de usuario.
Este caso es un claro ejemplo de cómo las grandes empresas tecnológicas pueden utilizar su poder para invadir la privacidad de los usuarios en aras de sus propios intereses. Es importante que los usuarios sean conscientes de los riesgos que conlleva compartir información personal en línea y que tomen medidas para proteger su privacidad.