Espacio

Sobrevivió: Así fue el viaje más extremo de la sonda Parker de la NASA al Sol

Logró salir con vida del vuelo más cercano al Sol jamás realizado.

La sonda solar Parker lo logró. En un logro inédito para la historia de la investigación del espacio, esta nave se aproximó a solo 6,1 millones de kilómetros de la superficie del Sol y, no solo eso, vivió para contarlo.

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La NASA confirmó la hazaña en la noche del 26 de diciembre, y lo más importante es que la Parker sigue funcionando perfectamente. Nada mal para un robot que literalmente estuvo surfeando cerca de una bola de fuego gigante.

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Un paseo cercano, pero rapidito

Por si acercarse al Sol no era suficiente, la sona Parker decidió hacerlo a 430.000 millas por hora (unos 700.000 km/h para los fans del sistema métrico). La misión comenzó el 20 de diciembre y la parte más emocionante ocurrió el 24 de diciembre, justo a tiempo para que pudiera decirle “¡Feliz Navidad!” al Sol.

Sin embargo, durante este tiempo, los científicos de la NASA tuvieron que cruzar los dedos y esperar, ya que las comunicaciones con la sonda se interrumpieron debido a las condiciones extremas.

Afortunadamente, la sonda reapareció con su tradicional “ping” a la Tierra, confirmando que no solo sobrevivió, sino que también está lista para enviar toneladas de datos cuando llegue el Año Nuevo.

¿Qué busca Parker tan cerca del Sol?

Buena pregunta. La Parker Solar Probe no se acercó al Sol solo para broncearse, sino para abordar algunas de las mayores preguntas de la astrofísica. Entre ellas:

  • ¿Qué demonios es el viento solar? Ese flujo constante de partículas cargadas que el Sol lanza al espacio y que puede crear hermosas auroras, y arruinar tu conexión Wi-Fi en el proceso.
  • ¿Por qué la corona del Sol está más caliente que su superficie? Es como si el fuego de una estufa fuera más frío que el aire caliente alrededor.
  • ¿Cómo algunas partículas alcanzan velocidades cercanas a la luz?

Un traje espacial a prueba de Sol

La Parker no es cualquier nave. Para acercarse tanto al Sol, está equipada con un escudo térmico de alta tecnología que puede soportar temperaturas de hasta 2.500 grados Fahrenheit (unos 1.370 °C).

Mientras el exterior de la sonda arde como si fuera una pizza en un horno industrial, su interior se mantiene a unos 85 grados Fahrenheit (29 °C), lo suficientemente fresco como para que Parker siga trabajando cómodamente. Es como ir al desierto con un aire acondicionado portátil de lujo.

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El impacto de esta misión épica

¿Por qué todo este esfuerzo por acercarse al Sol? Pues porque los datos que recolecta la Parker son esenciales para entender mejor cómo funciona nuestra estrella y cómo afecta a la Tierra.

Además, la misión tiene aplicaciones prácticas, como proteger satélites y redes eléctricas de las temidas tormentas solares (esas que podrían dejarnos sin memes por días).

Pero no todo es trabajo serio. Esta misión también es un testimonio del ingenio humano. Gracias a Parker, estamos literalmente tocando el borde del Sol y aprendiendo cosas que antes solo estaban en los libros de ciencia ficción.

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Un brindis por la Parker

Con este logro, la Parker se convierte oficialmente en la sonda más valiente del vecindario espacial. Así que, mientras celebramos el final del 2024, levantemos nuestras copas (o telescopios) para brindar por esta maravilla de la ingeniería que sigue demostrando que, cuando se trata de explorar, ni siquiera el Sol puede detenernos.

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