El delfín de Júpiter ha vuelto a tomar relevancia, debido a nuevas imágenes reveladas por la NASA en sus canales digitales. La forma del animal marino, en la superficie del planeta más grande del Sistema Solar, es uno de los fenómenos más curiosos que se han captado en la inmensidad del gigante gaseoso, ya que esta región es notoriamente más grande que la Tierra.
Observatorios de la NASA y otras agencias espaciales miran constantemente hacia superficie de Júpiter, para intentar analizar los elementos químicos que forman las tonalidades de colores rojos, marrones, amarillos, naranjas y blancos, que se generan por las corrientes de chorro que ocurren en su atmósfera.
El movimiento de los vientos de Júpiter, sumado a la diferencia de los colores antes mencionados, hacen que en la superficie se noten formas, en un fenómeno psicológico al que se le conoce como pareidolia, una acción que hace que el cerebro humano interprete patrones aleatorios como figuras familiares o caras.
La pareidolia puede ocurrir en cualquier superficie o área, como en las paredes, el cielo, una taza de café o una rebanada de tostada. También puede manifestarse en montañas, rocas y árboles.
En este caso le tocó a Júpiter y la forma que todos vemos es claramente la de un delfín recorriendo la superficie.
Las corrientes de chorro de Júpiter
Este fenómeno de corrientes de chorro ocurre también en la Tierra. Son caminos de aire que corre rápido y de forma estrecha por la atmósfera del planeta. La diferencia es que debido a que arrastra otro tipo de elementos, registra colores distintos al de nuestro mundo.
En el caso de Júpiter podemos ver este delfín y el resto de los colores que ya mencionamos porque la corriente de chorro en su aire arrastra nubes de amoniaco.
De acuerdo a lo que reseña EFE en un estudio que se hizo en 2018, lo que los científicos debaten es que tan profundo llegan estas corrientes a la superficie del planeta.
“Sabemos mucho sobre las corriente en chorro en la Tierra, así como el papel que tienen en el clima y el ambiente, pero todavía tenemos que aprender mucho sobre la atmósfera de Júpiter”, dijo Navid Constantinou, de la Universidad Nacional Australiana, quien participó en el estudio.
“El gas en el interior de Júpiter está magnetizado y por ello nuestra nueva teoría explica por qué las corriente en chorro van debajo de la superficie de este gigante gaseoso, pero no van más allá”, añadió Jeffrey Parker del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, también parte del estudio.