Un reciente estudio firmado por científicos estadounidenses encuentra algunas pruebas de que presuntamente los satélites en la órbita baja de la Tierra, y los cohetes que salen al espacio, están contribuyendo al crecimiento del hueco en la capa de ozono.
Diferentes organizaciones científicas y tratados internacionales de los gobiernos del mundo trabajan desde hace décadas para restaurar la capa de ozono, a través de la reducción de los gases de emisión del efecto invernadero.
Sin embargo, existe la posibilidad de que la enorme cantidad de satélites que Starlink está poniendo en la órbita estén jugando en contra de la restauración de la capa que nos protege de la radiación del Sol.
La información proviene de un estudio que hicieron científicos de la Universidad del Sur de California. No se basa en los efectos que producen los satélites de Starlink, sino la de todos los satélites y en sus resultados, que no son concluyentes, también meten las estimaciones de la influencia de los cohetes que salen desde la Tierra al espacio.
Los expertos que firman el estudio dicen que la gran cantidad de dispositivos posados en la órbita baja de la Tierra producen “agotamiento significativo de la capa de ozono, debido a los contaminantes nocivos como óxidos de aluminio”, que inyectan a la atmósfera.
Según reseña del portal Futurism, los científicos a cargo de este estudio dicen que un satélite de 250 kilos estaría generando unos 30 kilos de nanopartículas de óxido de aluminio, en su entrada a la órbita de la Tierra, cuando están moribundos. Dicha cantidad tardaría 30 años de desaparecer de la atmósfera para restaurar la capa de ozono
“Actualmente no se conocen bien los impactos medioambientales de la reentrada de satélites. A medida que aumentan las tasas de reingreso, es crucial explorar más a fondo las preocupaciones destacadas en este estudio”, dijeron los científicos.
