Espacio

Boris Volynov: el cosmonauta que perdió varios dientes al caer sobre Siberia

Víctima de los errores y la censura en la Unión Soviética.

Esta semana vimos cómo Frank Rubio, Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin volvían a la Tierra luego de más de un año en el espacio. Sanos y salvos regresaron. Sin embargo, en la historia no todos han tenido esa suerte.

Nos remontamos a un caso de los años 60, cuando aún los vuelos espaciales estaban en su proceso de desarrollo. Un cosmonauta soviético, Boris Volynov, tuvo un doloroso aterrizaje en la misión Soyuz 5.

Afortunadamente quedó con vida, pero perdiendo varios dientes luego de caer sobre las frías estepas de Siberia.

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Esta es la historia de Boris Volynov en la Soyuz 5.

Boris Volynov, el cosmonauta que se salvó de milagro

La misión Soyuz 5 fue lanzada el 15 de enero de 1969 con el comandante Volynov y los cosmonautas Aleksei Yeliseyev y Yevgeny Khrunov. Estos dos últimos pasaron a la Soyuz 4, que se encontraba en órbita, y Volynov regresaría solo a la Tierra.

No obstante, desde el mismo proceso de despegue hubo problemas. A 25 minutos del lanzamiento se tuvo que sustituir una pieza del sistema eléctrico. Además, se descubrió que solo había tres de los cuatro pernos de la escotilla de la nave.

Al intentar el regreso a casa, el 18 de enero, Volynov halló con preocupación que la cápsula de reentrada de la Soyuz 5 no podía desprenderse del módulo de servicio. Luego, los pernos que unían el módulo de reentrada con el de servicio se fundieron.

Volynov se salvó de morir carbonizado ya que el módulo de reentrada se reorientó para poner el escudo térmico por delante.

Pero un fallo del sistema de cohetes hizo que el descenso no fuera suave, y el cosmonauta terminó dándose varios golpes, que ocasionaron que perdiera dientes.

Además, la Soyuz 5 aterrizó lejos del lugar establecido, cayendo en los montes Urales, en Siberia, a -38 °C y a 600 kilómetros del sitio pautado. El comandante Volynov tuvo que refugiarse en la casa de un campesino en la zona, esperando el rescate que finalmente llegó.

Silencio… para no hablar del fallo

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“No había miedo”, dijo Boris Volynov, “sino un deseo profundo y muy claro de seguir viviendo cuando ya no quedaba ninguna posibilidad”.

El gobierno soviético ordenó al cosmonauta que no hablara sobre el fallo, recibiendo luego los galardones Héroe de la URSS y Orden de Lenín, junto con sus otros compañeros.

Volynov volvería a viajar al espacio en la Soyuz 21 en 1976, con problemas similares en el reingreso y el aterrizaje, pero tanto él como sus compañeros salvando la vida.

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Solo hasta la caída de la Unión Soviética este cosmonauta podría hablar sobre lo sucedido aquel día de enero de 1969. Volynov, que estuvo a punto de morir tras ir al espacio, cumplirá este mes diciembre 89 años.

Como curiosidad, la comunidad judía mundial lo reconoce como el primer astronauta de ese origen en ir al espacio. Buena parte de su biografía la hemos leído en el portal Jewish Virtual Library.

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