Un informe independiente, que investiga el desarrollo del nuevo cohete lunar SLS del Programa Artemis de la NASA, ha encontrado sobrecostos y retrasos significativos que podrían perjudicar los planes de la agencia para llevar a los astronautas de nuevo a la Luna.
Según un informe de 50 páginas del Inspector General de la NASA, Paul Martin, publicado por la Oficina del Inspector General (OIG) el 25 de mayo, se proyectó inicialmente que los cuatro contratos para el propulsor y el motor del cohete costarían $7 mil millones en un lapso de 14 años, pero ahora se proyecta que cuesten al menos $13.1 mil millones durante casi 25 años.
Como recuerda Space, el desarrollo del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) comenzó en noviembre de 2011. Tuvo un vuelo de prueba exitoso en noviembre de 2022, seis años después de su primer lanzamiento de debut a fines de 2016.
El megacohete SLS está destinado a devolver humanos a la Luna como parte del programa Artemis de la NASA, pero los aumentos en los costos relacionados con los contratos otorgados a Aerojet Rocketdyne y Northrop Grumman para los sistemas de propulsión de SLS podrían amenazar ese objetivo.
Detalles del informe
El informe explica: “La NASA continúa experimentando un crecimiento significativo del alcance, aumentos de costos y retrasos en el cronograma de sus contratos de motores RS-25 y de refuerzo, lo que resulta en aproximadamente $6 mil millones en aumentos de costos y más de seis años en retrasos en el cronograma por encima de las proyecciones originales de la NASA”.
Estos aumentos significativos fueron causados por una variedad de problemas de gestión interrelacionados de larga data que afectaron tanto la campaña de desarrollo de SLS como el programa Artemis más amplio, señala el informe, incluidos “algunos de los cuales representan posibles violaciones de los requisitos de contratación federal”.
El uso de motores RS-25 heredados y propulsores del transbordador espacial y los programas Constellation para el nuevo cohete SLS tenía la intención de generar ahorros significativos en costos y cronograma en el desarrollo de nuevos sistemas. Pero la “complejidad de desarrollar, actualizar e integrar nuevos sistemas junto con los componentes del patrimonio resultó ser mucho mayor de lo previsto”.
La evaluación aún considera que el enorme costo de SLS es difícil de manejar para la NASA y perjudicial para sus planes a largo plazo: “Sin una mayor atención a estas importantes salvaguardas, la NASA y sus contratos continuarán excediendo el costo y el cronograma planificados, lo que resultará en una menor disponibilidad de fondos, retrasos en los lanzamientos y la erosión de la confianza del público en la capacidad de la agencia para gastar responsablemente el dinero de los contribuyentes y cumplir con las metas y objetivos de la misión, incluido el regreso a La Luna y luego los planes de Marte”.