Que Elon Musk con SpaceX y Jeff Bezos con Blue Origin aspiren a, por ejemplo, realizar regularmente con sus cohetes y naves viajes comerciales al espacio, suena revolucionario. El problema de todas sus pruebas son las repercusiones con el medioambiente.
Investigadores de diferentes casas de estudio, incluyendo la Universidad de Cambridge y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), demostraron que los proyectos espaciales emprendidos por las empresas operadas por Musk y Bezos están dañando la atmósfera, al igual que Virgin Galactic de Richard Branson.
Pero no todos los cohetes son iguales y algunos hacen más daño que otros, que fue lo encontrado por los especialistas al analizar todos los lanzamientos y reentradas de cohetes que tuvieron lugar en 2019.
Resultados de la investigación
Descubrieron que la eficiencia del calentamiento global del hollín de carbono negro liberado por los cohetes es 500 veces mayor que la misma sustancia liberada en la superficie de la Tierra y por los aviones.
También encontraron que el calentamiento producido por las emisiones de carbono negro provoca cambios en las corrientes en lo alto de la estratosfera, lo que provoca la pérdida de ozono.
Los investigadores también observaron cómo los óxidos de nitrógeno creados por los cohetes que reingresan en la atmósfera, así como los procedentes de los propios combustibles de los cohetes, reducen aún más la presencia de ozono.
Los investigadores también señalaron que, mientras que los cohetes SpaceX y Virgin Galactic utilizaban combustibles que contienen carbono, produciendo así carbono negro en el lanzamiento, los cohetes de Blue Origin no producían carbono negro porque funcionan con hidrógeno líquido, lo que significa que contribuyen mucho menos al calentamiento global.
Lo anterior indica que son las empresas de Elon Musk y Richard Branson las que más perjudican el medioambiente. Los expertos insistieron en que es necesario crear un reglamento para limitar los daños ambientales que causa esta industria.