El Telescopio Espacial James Webb de la NASA ya se encuentra instalado en su sitio de la región orbital del espacio. Solo resta que algunos de sus instrumentos realicen las últimas calibraciones y estará completamente listo para mirar hacia las profundidades del cosmos.
Para que esto ocurra solo faltan semanas, dice la NASA. Entonces, los científicos se preparan para ejecutar una de sus primeras observaciones. El foco apunta hacia dos mundos rocosos ubicados a unos 50 años luz de distancia de la Tierra.
Se trata de dos exoplanetas a los que se les califica como “Supertierras” debido a que inusualmente exceden en tamaño a nuestro mundo, manteniendo la característica de que son rocosos.
Y además, orbitan muy cerca de su estrella masiva, haciendo que registre comportamientos atmosféricos que no ocurren en nuestro Sistema Solar.
De acuerdo a lo que reseña la NASA en un comunicado, las dos “Supertierras” se llaman 55 Cancri; mundo que se caracteriza por estar completamente cubierto de lava, y LHS 3844 b; un exoplaneta que no registra nada de aire, debido a la ausencia de atmósfera.
Las “Supertierras” que mirará la NASA
Por los pocos elementos que ya describimos queda claro que ninguno de estos dos mundos son habitables. ¿Entonces, para qué los observan? La investigación de este tipo de exoplanetas ayuda a comprender la forma en la que evolucionan los rocosos estelares.
En cierto modo, solo teóricamente, nuestra Tierra pudo haber estado en esta etapa. O peor, después de las investigación esto podría arrojar hacia donde nos dirigimos en el espacio-tiempo.
El exoplaneta 55 Cancri está situado a 2.5 millones de kilómetros de su estrella masiva que pareciera ser muy similar al Sol. Completa una órbita sobre su astro rey en solo 18 horas: sí, eso dura un año completo en Cancri.
Dicha característica hace que el mundo no gire completo sobre su propio eje. De esta manera, hay un lado condenado a siempre recibir los rayos de su sol y el otro quedará por siempre sumergido en la oscuridad.
El lado diurno, más caliente que cualquier ola de calor en una tarde de verano, está cubierto por océanos de lava.
Lo extraño de este planeta es que según ese comportamiento, el lado que mira siempre a la estrella es el que siempre está más caliente y la temperatura debería mantenerse en un mismo medidor.
Sin embargo, en 55 Cancri la cifra de grados varía y las zonas de mayor calor constantemente se trasladan de zona. Entonces, James Webb va a mirar hacia este exoplaneta para verificar qué podría estar sucediendo.
Existe la posibilidad de que el planeta esté girando sobre su propio eje cada cierto tiempo y que en algún momento de su proceso de rotación se generan precipitaciones de lava.
En LHS 3844 b no hay tanto calor
La “Supertierra” LHS 3844 b es un elemento rocoso que se puede estudiar mucho mejor. Igualmente orbita cerca de su estrella, pero su sol es pequeño y se encuentra en una etapa de enfriamiento. Por tal motivo, es una gran oportunidad para estudiar su formación geológica como una simple roca sólida.