Estos meses han sido de impulso para el cine y los objetos chocando contra la Tierra. Con Don’t Look Up era un asteroide el que “nos visitaba”, con Moonfall es la Luna la que lo hace.
Es el argumento de la más reciente película de Halle Berry, que se estrenó en cines esta semana.
Más de uno pensará, al verla tan tranquila, que en algún momento la Luna podría chocar contra nuestro planeta. ¿Podría pasar, tal y como sucede en Moonfall?
La Tierra y la Luna, en un baile ¿perpetuo?
Primero, conozcamos a nuestra vecina: la Luna. Es el único satélite natural de la Tierra y cuenta con un diámetro ecuatorial de 3.476 kilómetros. Mide un cuarto del diámetro del planeta azul y 1/81 de su masa.
La enorme roca se encuentra a 386 mil kilómetros de la Tierra, poseyendo una gravedad de 1.62 m/s2.
Este es el tema clave en el proceso de orbitar: la gravedad. Albert Einstein la describió, más que como una fuerza, como un efecto de la curvatura del espacio.
La Luna y la Tierra se atraen mutuamente por la gravedad, cayendo una hacia la otra (en palabras del físico Rhet Allain) de manera infinita.
La única manera de que ambas choquen es que la Luna deje de moverse, que ni avance en su órbita ni rote. Y esto es prácticamente imposible (salvo que ocurra un hecho aún desconocido para los científicos).
El efecto es similar al que ocurre con los satélites artificiales en órbita, que permanecen en movimiento para que “siga el baile” con la Tierra. ¿Y qué ocurrirá el día que deje de moverse, por ejemplo, la Estación Espacial Internacional?
Caerá sobre la Tierra. Esto lo tiene previsto la NASA para el año 2031, cuando culminen los trabajos del laboratorio espacial.
La ISS (por sus siglas en inglés) caerá hacia la Tierra de forma planificada, y al pasar por la atmósfera se disolverá en gran parte, hasta hundirse en el Océano Pacífico.
Moonfall, con problemas en taquilla
Moonfall, dirigida por Roland Emmerich, cuenta con las actuaciones de Halle Berry, Patrick Wilson, John Bradley-West, Michael Peña, Charlie Plummer, Kelly Yu y el gran Donald Sutherland.
La producción corre a cargo de Harald Kloser y Emmerich, así como el guion. La fotografía es de Robby Baumgartner y la música, de Thomas Wanker y Harald Kloser.
Esta película de ciencia ficción, distribuida por Lionsgate, contó con un presupuesto de 140 millones de dólares, y en su primer fin de semana apenas obtuvo una recaudación de 10 millones de dólares. Es, por los momentos, el peor fracaso en taquilla en 2022.
Rotten Tomatoes, hasta ahora, le da un 48% en su valoración.