El telescopio James Webb, lanzado el pasado 25 de diciembre por la NASA, continúa en camino hacia su órbita definitiva, desde donde examinará estrellas con más de 400 millones de años de antigüedad.
Esta semana, la agencia aeroespacial norteamericana anunció el tiempo de operación del telescopio, que será mayor de lo esperado: superará los diez años, cuando se tenía previsto que solo fueran cinco.
De acuerdo con la NASA, el telescopio necesita menos propelente del planeado originalmente para corregir la trayectoria. Cuenta con combustible no solo para la corrección de mitad de curso y la inserción en órbita, sino también para las funciones durante la vida de la misión.
La precisión de la trayectoria de lanzamiento del cohete Ariane 5, que lleva al telescopio, ayudó a dos cosas:
- A que la quemadura de propelente fue relativamente pequeña (65 minutos después del lanzamiento), con una segunda maniobra de corrección el 27 de diciembre.
- Y a que el despliegue de la matriz solar se realizara de forma automática, luego de la separación del Ariane 5.
Las características del telescopio James Webb de la NASA
El destino final del telescopio James Webb estará a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, desde su despegue en el puerto espacial de Kourou, en la Guyana Francesa.
Gracias al aparato se podrá examinar hacia atrás en el tiempo, descubriendo más sobre la formación de estrellas y galaxias, además de determinar cómo se formaron las primeras galaxias.
El telescopio espacial Hubble, predecesor del James Webb, tenía una duración estimada de 15 años, y ya superó los 30 años. La gran diferencia con el actual, indica The Verge, es que el Hubble pudo ser atendido físicamente por astronautas, mientras que el Webb, por la enorme distancia con nuestro planeta, no.
La NASA habilitó una página web para chequear la trayectoria del telescopio Webb, en la que se ofrecen actualizaciones en vivo sobre datos como el tiempo que tiene viajando, la distancia respecto a la Tierra y a la órbita que lo recibirá, su velocidad de crucero y más.
El aparato que resolverá misterios
El telescopio James Webb lleva el nombre del segundo administrador designado de la NASA, y se desarrolló entre 1996 y 2016. Se espera su arribo a la órbita alrededor de L2 para finales de enero de 2022.
En palabras de la NASA, el Webb es “el telescopio de ciencia espacial más grande, más poderoso y más complejo del mundo jamás construido”.
“Webb resolverá misterios en nuestro sistema solar, mirará más allá de mundos distantes alrededor de otras estrellas y sondeará las misteriosas estructuras y orígenes de nuestro universo y nuestro lugar en él”.