Hay un constante miedo de que a la raza humana le suceda lo que en teoría le pasó a los dinosaurios. Una roca habría acabado con la entonces especie reinante de la Tierra y así se dio paso a nuevos habitantes. Por lo tanto, los científicos intentan poner el ojo en cada roca espacial y así estudiar, con datos exactos, su trayectoria espacial. Como el caso de Bennu, asteroide catalogado como peligroso y de posible impacto para los años 2.300.
Bennu tiene la particularidad de ser el único asteroide en el universo entero del cuál humanos recogieron muestras de rocas. La sonda espacial OSIRIS-REx, a mediados de octubre del 2020 llegaron al objeto, ejecutaron una de las misiones más ambiciosas de la NASA y ahora vienen de vuelta a casa.
Entonces, en esa colecta de muestras, la sonda espacial aprovechó y también midió otros aspectos de Bennu como trayectoria, velocidad y material que desprende en su camino. Por lo tanto, esto reveló la peligrosidad que en realidad representa este objeto espacial, para la seguridad de la Tierra.
Según vieja data de Bennu, los astrónomos habían dicho que la roca era peligrosa para el planeta. Y que se podría estrellar, aproximadamente para el año 2.300, reiteramos con viejos análisis. Sin embargo, las nuevas mediciones entregan resultados muy distintos a los anteriores.
La nueva data sobre Bennu
OSIRIS-REx ha permitido que la NASA reformule, entre otras cosas, la órbita futura de Bennu, reseña Slash Gear. Esto aclara los cálculos y los convierte en números más preciosos sobre el radio de tránsito del asteroide.
En concreto, ahora manejan tres fechas de acercamiento. En primer lugar está el 2.135, momento en que la roca se aproximará más a la Tierra, sin peligro de colisión.
Mientras que después estudian posteriores momentos como «peligrosos» y de posibles, pero muy lejanas, chances de choque. Aparece de nuevo el año 2.300, con una posiblidad de 0.057 por ciento; esto es algo como uno en 1750. Y después, mucho más específico, el 24 de septiembre del año 2.182, en donde hay el 0.037 por ciento de posibilidades de que Benu choque con nuestro mundo.
De esta manera, los astrónomos y otros expertos de la NASA, encuentran que no debería haber preocupación por este asteroide en específico.
Misión defensa planetaria
Estos cálculos se realizaron enmarcados en la llamada misión defensa planetaria de la NASA. La misma, como lo indica su nombre, es proteger nuestro mundo de las amenazas naturales que se encuentran en el espacio exterior.
«La misión de Defensa Planetaria de la NASA es encontrar y monitorear asteroides y cometas que pueden acercarse a la Tierra y pueden representar un peligro para nuestro mundo. Llevamos a cabo este esfuerzo a través de estudios astronómicos continuos que recopilan datos para descubrir objetos previamente desconocidos y refinar nuestros modelos orbitales para ellos. La misión OSIRIS-REx ha brindado una oportunidad extraordinaria para refinar y probar estos modelos, ayudándonos a predecir mejor dónde estará Bennu cuando se acerque a la Tierra dentro de más de un siglo», dijo Kelly Fast, de la NASA.