Las diferentes agencias espaciales detrás del Telescopio Espacial James Webb comienzan a ingresar en la zona de las ansias y la expectativa. Restan solo unos meses para que el observatorio orbital, que sustituirá al Hubble, sea lanzado. Por lo tanto, a través de comunicados en sus portales, detallan las primeras investigaciones que impulsarán. De esta manera salieron al relucir los cuásares, hacia donde el telescopio mirará para descubrir algunos misterios del universo temprano.
Para quienes no están familiarizados con el término cuásares. Se les conoce de esta manera a una especie de agujeros negros supermasivos. Según lo explican los expertos, las masas de estas regiones pueden superar millones o miles de millones de veces a la masa del Sol. Estas zonas interestelares, además de ser realmente distantes, son muy brillantes y activas.
Entonces, debido a que se ubican en las zonas centrales de las galaxias distantes, atrae la atención de los científicos que ahora tendrán un aparato magnífico para conocer mucho más sobre los cuásares.
Los científicos que han estudiado y teorizado sobre estos espectáculos universales dicen que se alimentan de la materia que cae y desatan fantásticos torrentes de radiación. Se ubican entre los objetos más brillantes del universo. Dicen que la luz de un cuásar eclipsa a la de todas las estrellas de su galaxia anfitriona combinadas; este comportamiento y sus chorros y vientos terminan dándole forma a la galaxia en la que reside.
De esta manera, estando en conocimiento, en líneas generales de lo que son los cuásares, entonces debemos saber que los científicos utilizarán el James Webb para estudiarlos con mayor detalles. Su comportamiento podría dar información del desarrollo de planetas, estrellas, sistemas solares y galaxias en el universo entero.
Entrenamiento del James Webb para mirar cuásares
El Telescopio Espacial James Webb será lanzado en algún momento del último trimestre de este año. Las pautas indican que será el 31 de octubre. Sin embargo, esperemos a que la fecha esté más cercana para que se confirme finalmente el día exacto.
Pero sin caer en el detalle de su lanzamiento, los científicos a cargo de este proyecto, una vez que sea elevado hacia la órbita, trabajarán en entrenar el observatorio espacial. Específicamente se comenzará a configurar para que haga monitoreos detallados de en seis de los cuásares más distantes y luminosos que hay.
El telescopio focalizará con sus herramientas «las propiedades de estos cuásares y sus galaxias anfitrionas, y cómo están interconectados durante las primeras etapas de la evolución de las galaxias en el universo temprano», detalló el portal de la NASA. Asimismo, examinará el gas en el espacio entre galaxias.
James Webb cuenta con una herramienta que es extremadamente sensible a los niveles de luz y también hará uso de su impresionante resolución angular en el lente.
«Todos estos cuásares que estamos estudiando existieron muy temprano, cuando el universo tenía menos de 800 millones de años, o menos del 6 por ciento de su edad actual. Así que estas observaciones nos dan la oportunidad de estudiar la evolución de las galaxias y la formación y evolución de los agujeros negros supermasivos en estos tiempos tan tempranos», expresó Santiago Arribas, parte del equipo del James Webb.
Arribas es investigador del Departamento de Astrofísica del Centro de Astrobiología de Madrid, España. Y también es miembro del equipo científico de instrumentos del espectrógrafo infrarrojo del James Webb.
El interés de la ciencia
«Estamos interesados en observar los cuásares más luminosos porque la gran cantidad de energía que generan en sus núcleos debería conducir al mayor impacto en la galaxia anfitriona. Procesos que se desarrollan por mecanismos como el flujo de salida y el calentamiento del cuásar. Los queremos observar en el momento en que tienen el mayor impacto en las galaxias que los albergan», añadió Chris Willott. Este colaborador del Webb pertenece a la Agencia Espacial Canadiense.