Cada guerrero Z que salvó al planeta de cualquier amenaza que llegó, en Dragon Ball Z, tuvo años de entrenamientos para aumentar su poder. Además también para mejorar sus habilidades en las artes marciales e inteligencia para pelear. Mientras que los villanos solo se preocuparon por dominar el mundo, asesinar o llevar el mal. Entonces nos preguntamos ¿A qué nivel habrían llegado estos malvados, si se dedicaban a mejorar sus habilidades?.
Freezer nos lo demostró en el arco de Dragon Ball Súper. En esta saga del famoso anime el villano galáctico regresó, entrenado y con una nueva transformación: Golden Freezer. Una transformación distinta a las tres que había sufrido en el planeta Namek. Freezer entrenó y demostró que puede aumentar su poder a niveles impresionantes.
Pero hay otros villanos como Nappa, Raditz, Cell y Majin Buu que no tuvieron chance de desarrollar mucho más el poder que ya tenían. En el caso de los dos primeros, se trata de dos Saiyajines. Es decir que ya sabemos lo que pueden lograr. Lo mismo que el bioandroide creado por el Dr Maki Gero, quien puso células de todos los guerreros en este monstro.
Raditz y Nappa: el inicio de Dragon Ball Z
Estos dos llegaron a la Tierra, el primero para verificar si ya Goku se había adueñado del planeta. Mientras que el segundo llegó junto a Vegeta después de la muerte del hermano de Kakaroto. Ambos pertenecieron en vida a la raza Saiyajin, es decir con un entrenamiento de años pudieron haber llegado a convertirse en Súper Saiyajines. Quizás pudieron hasta superar a Vegeta y Goku, pero nunca lo sabremos.
Cell
En el caso de Cell, cuando llegó a perfeccionar su cuerpo tras la absorción de 17 y 18, demostró un poder sin igual. Entonces al tener células de los Saiyajines, ¿hasta donde hubiese llegado su fuerza si se dedicaba a entrenar?. Tenía la inteligencia para las artes marciales y sabía todas las técnicas de Goku, Piccolo o Ten Shin Han. Entrenado en la habitación del tiempo por 24 horas, habría significado un desastre.
Majin Buu
Majin Buu, el pequeño, solo sabe destruir todo lo que ve a su paso con una fuerza desmedida y sin control. Capaz si se centraba un poco en algún objetivo y entrenaba, nunca habría sido derrotado.