Prohibido en las guerras, el gas lacrimógeno irónicamente está permitido para dispersar manifestaciones.
Durante las protestas en Estados Unidos por el asesinato de un ciudadano afroamericano a manos de la Policía se ha utilizado constantemente.
Y las críticas contra su uso siguen en alza, por su peligrosidad.
Los efectos y cómo (intentar) contrarrestarlos
El gas lacrimógeno está hecho de bromuro de bencilo o el o-clorobenzilideno malononitrilo (gas CS).
Cualquiera de estos dos materiales es la base del gas lacrimógeno, que busca provocar lagrimeo, irritación y ceguera temporal.
En la piel también puede ocasionar espasmos y picazón, además de daños en los nervios.
Al lanzar las bombas, el gas surge y causa el efecto, obligando a la dispersión de las personas.
Se combate su efecto tomando leche o masticando limón para contrariar el ardor que pueda provocar en boca y garganta.
Mientras, el ardor en los ojos se calma con agua mezclada con bicarbonato.
El peligro del uso del gas lacrimógeno
El portal Gizmodo conversó con Dan Kaszeta, experto en seguridad que advierte sobre el uso del gas lacrimógeno.
“El gas casi siempre es utilizado sin medir las consecuencias de su empleo”, apunta Kaszeta.
“Originalmente es usado para dispersar manifestaciones, pero muchas de ellas tienen el derecho de reunión”, recalcó.
Además se suma el daño que pueda generar durante estos tiempos del coronavirus.
Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, habló sobre el tema.
“Supón que alguien tiene el coronavirus y ha sido gaseado. ¿Qué sucederá? Toserá más y dispersará todo el virus”, explicó Chin-Hong.
Incluso, la persona que no esté infectada aumenta el riesgo de serlo al sufrir los efectos del gas lacrimógeno.
La Convención sobre Armas Químicas
¿Por qué si en la guerra está prohibido su uso, sí está permitido para dispersar disturbios?
La Convención sobre Armas Químicas, firmada por 192 de 195 Estados de las Naciones Unidas, explica que los gases no pueden ser usados en conflictos.
En un conflicto, la finalidad del gas es desorientar al enemigo para luego neutralizarlo con otras armas.
Mientras, y es el deber ser, durante un disturbio el gas se utiliza solo para la dispersión.
Corea del Norte, Egipto y Sudán del Sur no han firmado la Convención, mientras que Israel la firmó, pero no la ha ratificado.