Un cambio sustancial está buscando la Comisión Europea de Economía, luego de que anunciara a través de su próxima directora ejecutiva Ursula Von der Leyen, que los electrodomésticos deberán durar más y gastar menos, con el fin de adaptarse a las exigencias del cambio climático.
Así, refrigeradores y lavadoras deberán contar con tres requisitos esenciales desde 2021 cuando todo se implemente:
- las piezas de recambio de refrigeradores deberán estar disponibles un mínimo de siete años después de que el consumidor compre el aparato
- 10 años en el caso de lavadoras y lavavajillas,
- Y además deberán utilizar menos agua.
Qué significa esta nueva norma para electrodomésticos
Básicamente lo que se persigue es que los repuestos estén disponibles en el mercado por más tiempo, ya que lo que sucede hoy es que las piezas quedan obsoletas, no se encuentran en las tiendas de reparación y por tanto los usuarios comienzan a botar su «línea blanca».
En otras palabras, lo que la Comisión Europea quiere es acabar con la obsolescencia programada de estos aparatos, no generar más desechos en el ambiente, no generar más gases emitidos por la fabricación de nuevas máquinas y prolongar la vida útil de refrigeradores y lavadoras.
Según el diario El País de España: «Con los nuevos requisitos para lavadoras y lavavajillas, Bruselas calcula que se dejarán de gastar 711 millones de metros cúbicos de agua año en el primer caso y 16 millones en el segundo. Además, plantea nuevas exigencias de durabilidad para los aparatos de iluminación. En total, la Comisión Europea espera un ahorro de 150 euros al año de media por ciudadano —un recorte del consumo de energía anual hasta 2030 equivalente al gasto de Dinamarca— y evitar la emisión de 46 millones de toneladas de dióxido de carbono en poco más de una década».