Kiwi es uno de los emprendimientos de origen colombiano que más está llamando la atención en el extranjero. La idea de utilizar robots con ruedas que por sí mismos llevan domicilios es muy atractiva por sí misma. Sin embargo, hay algo que a menudo se ignora: el hecho de que no son 100% autónomos.
Los 40 robots de Kiwi que están operando en la Universidad de California en Berkeley han sido muy valorados por la comunidad universitaria y los habitantes de los alrededores. Tanto, que le hicieron un altar a uno que se había quemado en medio del servicio. Después de todo, llegaban a resolver las necesidades alimentarias de los estudiantes.
En teoría los sensores y la inteligencia artificial de los robots permitiría que estos se desplacen por la calle y no choquen con los peatones. Esto en parte es verdad, pero no del todo. La razón es que hay equipo humano que los ayuda a completar sus tareas. Básicamente, detrás de los pequeños robots, hay personas revisando lo que hacen.
Un empleo a medio tiempo
Según Kiwi, el funcionamiento de los robots se debería a un sistema de control pararelo. Esto quiere decir que mientras los Kiwibots se mueven por las calles, hay supervisores que monitorean y hasta ingresan modificaciones para verificar que los domicilios lleguen a donde deben.
De esta forma los robots aprenderían a maniobrar, modificar velocidad e identificar obstáculos de manera más eficaz. Esto, sobre todo en lugares donde hay una buena densidad de peatones.
¿Pero quiénes hacen esta tarea? Lo cierto es que Kiwi contrata estudiantes en Colombia para que sean los supervisores. Desde sus lugares, ellos hacen todas las labores mencionadas por aproximadamente dos dólares la hora.
Si se trabaja a tiempo completo, este salario en pesos colombianos sería de 1’098.900; sin duda, algo mayor al salario mínimo del país ($925.148 con auxilio de transporte). La misma compañía dice que esta ocupación es para ganar experiencia y así los jóvenes se catapulten a trabajos con buenos sueldos.