Sociedad

Conoce la leyenda del volcán Popocatépetl y el Iztaccíhuatl

En vista de todo lo que está ocurriendo en días recientes con el volcán Popocatépetl, veamos un poco de su historia y la leyenda de este.

El volcán Popocatépetl ha sido el foco de muchos medios de noticias estos últimos días. Es por eso es que decidimos dar a conocer la leyenda de este volcán. Ya sea que no vivas e México o que no crecieras aquí, siempre es importante conocer las tradiciones.

El guerrero y la princesa

Desde niños, aquellos que vivimos en la Ciudad de México estamos muy familiarizados con el volcán Popocatépetl. Más que por interés propio, cobró interés gracias a que cada que hacía erupción se suspendían las clases. Además, su leyenda era parte de la educación que se daba en las primarias. Por lo que saber esto es cosa de todos los días en México. Eso sí, con el paso de los años la memoria falla y por eso es bueno darle otro vistazo.

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Cuenta la leyenda que hace muchos años, cuando el imperio Azteca, había una hermosa princesa de nombre Iztaccíhuatl. Princesa que estaba perdidamente enamorada del guerrero de nombre Popocatépetl. Pero como toda historia de amor que involucra guerra, no terminaría bien.

Cuando los Tlaxcaltecas decidieron declarar la guerra contra los Aztecas, Popocatépetl no dudo en ir a la lucha. Antes de ello, le prometió a Iztaccíhuatl que regresaría con ella victorioso. Además, se casaría con ella después de la guerra con la bendición del cacique, padre de la princesa.

Al finalizar la guerra, como prometió Popocatépetl, regresó victorioso de la guerra y ansioso por ver a su amada. Pero las malas noticias no se hicieron esperar, ya que el valiente guerrero la encontró sin vida.

¿Cómo era posible aquello? Todo fue culpa de un celoso hombre, quien amaba a la princesa también. Este le dijo a Iztaccíhuatl que Popocatépetl había muerto en combate, y ella, sin saber que era una mentira, murió de tristeza.

Con un dolor enorme en el alma, Popocatépetl mandó a construir un templo colosal, el cual se alzó al juntar 10 cerros. Una vez terminado, el guerrero cargó el cuerpo de su amada hasta la cima, y con una antorcha en mano, decidió velar su lugar de descanso por toda la eternidad.

Con el tiempo, los dos cuerpos se cubrieron de nieve y se convirtieron en dos volcanes, los cuales siguen ardiendo de amor hasta el día de hoy.

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