El sistema nervioso cuenta con una importancia fundamental para el funcionamiento del organismo. Así mismo, es uno de los más delicados: su vulnerabilidad ante enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson y la dificultad para hallar una manera de repararlo ha sido durante años el dolor de cabeza de los médicos. Sin embargo, existe una posible respuesta ante estas complicaciones: el uso de células madre.
Ya mucho se ha hablado de la gran utilidad de las células madre. Se sabe que estas pueden multiplicarse indefinidamente, y además convertirse en cualquier tipo de célula (en caso de ser pluripotentes). Este último es el caso de las células encontradas en los embriones durante su desarrollo.
Anteriormente se ha logrado hacer células madre pluripotentes inducidas (iPS) en laboratorio. Esto sería posible gracias a la reprogramación de células adultas bajo la manipulación de ciertos genes. Este hecho le habría otorgado el Premio Nobel de Medicina al japonés Shinya Yamanaka en 2012.
Esto representa una gran utilidad para la regeneración de tejido enfermo en pacientes. No obstante, el desarrollo contaba con un gran problema: las células iPS son capaces de formar tumores de línea germinal, llamados teratomas.
Unos científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ) dieron con una solución. Al parecer, los investigadores optarían por reprogramar las células pero sin llevarlas a etapas tan tempranas del desarrollo.
¿Cómo funciona?
Básicamente lo que hicieron fue modificar los descubrimientos que ya había hecho Yamanaka. Esta vez el método se centró en el desarrollo «Células Madre del Borde de la Placa Neural Inducida» (iNBSC). Por complejo que suene el nombre, básicamente lo que se hizo fue cambiar los genes intervenidos para corregir los problemas que antes se tenían.
Anteriormente los científicos habían intentado reprogramar células de tejido conectivo en células nerviosas maduras o células precursoras neuronales. Sin embargo, estos intentos daban como resultado células que no podían expandirse. En otras palabras, no planteaba una alternativa como fin terapéutico.
Bajo este nuevo método, el equipo tuvo éxito en la reprogramación de distintos tipos de células. Tanto células de la piel, el páncreas y de la sangre pudieron convertirse en células madre que se podían replicar fácilmente. Lo mejor de todo: células que podían ser extraídas sin ningún tipo de intervención invasiva. Así, convertidas en células neuronales podían replicar etapas del desarrollo embrionario.
Estas células madre iNBSC tienen muchas aplicaciones. Claramente se pueden expandir y además tomar dos caminos distintos. Por un lado, pueden convertirse en células nerviosas maduras y células gliales, pertenecientes al sistema nervioso central. Por otro lado, también pueden convertirse en células de la cresta neural, de las que emergen cualquier otro tipo de células nerviosas perfiféricas.
Al ser el mismo paciente el donante, naturalmente cuentan con el mismo código genético. Esto evitaría cualquier tipo de rechazo por el sistema inmunológico.
Esto representa un gran avance para métodos terapéuticos en pacientes con enfermedades del sistema nervioso. Por ahora los investigadores deben recorrer un amplio camino antes de que sus descubrimientos puedan ser aplicados en seres humanos.