Se sabe que la mayoría de juguetes con piezas pequeñas no son recomendados para niños menores de tres años. La razón de esto es la ‘Etapa Oral’ del crecimiento, cuando los pequeños se llevan todos los objetos que encuentren a la boca para poder conocer el mundo. Sin embargo, esta acción puede ser peligrosa para ellos porque pueden tragar cosas no aptas para la digestión. Por ejemplo, una cabeza de Lego.
Un grupo de pediatras se reunió para reflexionar sobre esto. De repente, se dieron cuenta que la mayoría de estudios sobre ingestión de objetos extraños se centraba solo en monedas, el objeto más común de estos casos. Entonces se preguntaron, «¿cuánto tardaría un juguete pequeño en atravesar el sistema digestivo?»
Sin duda vieron una oportunidad para aclarar una preocupación más de los padres sobre este tema. Todos saben que un solo descuido puede llevar a que un niño se trague parte de un juguete.
Así, vieron la oportunidad en hacer ciencia en carne propia. Por eso seis de ellos decidieron ingerir la cabeza de un juguete de Lego y esperar a que esta fuera expulsada naturalmente de su organismo.
Los resultados
El estudio fue publicado en The Journal of Pediatrics and Child Health. En él se explica que en promedio los pediatras tardaron en promedio 1,7 días en expulsar la cabeza de Lego.
Entre otras cosas, tranquilizaron a los padres diciendo que en caso de que ocurra, estas piezas saldrán definitivamente por el sistema digestivo. Además, señalaron que en el caso de los niños puede ser en mucho menos tiempo.
También aclararon que no vale la pena buscar la pieza entre la material fecal. Es tan pequeña que es muy difícil de encontrar. De hecho, uno de los médicos jamás logró encontrar la pieza de Lego después de dos semanas. Ante esto, bromearon con el tema: