Los especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han dado a conocer que desde el sismo del 19 de septiembre del año pasado, el Popocatépetl ha presentado un notable incremento en sus actividades volcánicas: desde la exhalación de vapor y ceniza, hasta sismos vulcano-tectónicos de altas magnitudes y la expulsión de material volcánico incandescente.
El Cenapred ha mantenido durante un largo tiempo el Semáforo de Alerta Volcánica en Amarillo Fase 2, lo que significa que todos los ciudadanos en la cercanía del área de peligro del volcán Popocatépetl deben de mantenerse en alta alerta y tomar las precauciones necesarias para responder ante una posible orden de evacuación de parte de Protección Civil o de cualquier otra autoridad.
De acuerdo a los expertos de la UNAM y la Cenapred, aunque es inconcluso si habrá una expulsión de lava en algún momento, es un hecho que dentro del volcán se han estado elevando altas concentraciones de magma, lo que a su vez pudo haber causado la caída de ceniza y las explosiones del 29 de septiembre.
Aunque el Popocatépetl continúa con una constante columna de vapor de agua emanando desde su interior, es necesario comprender que este se trata de un volcán que se ha encontrado activo desde 1994. Una especialista del Instituto de Geofísica de la UNAM, Ana Lillian Martín del Pozzo, aclaró que aunque existen muchos volcanes que han sufrido erupciones sin haber sido precedido por un sismo tectónico, desde que el Popocatépetl entró en su estado actual se ha registrado una actividad sísmica mucho mayor.
Luego del sismo de Septiembre 19 del año pasado, es posible que el Popocatépetl haya sufrido una especie de reactivación, lo cual ha incrementado de manera preocupante su actividad.
