Netflix está en la polémica después de un reportaje de The Wall Street Journal, donde se traza el método corporativo en que la compañía actuaría frente a los despidos de sus trabajadores.
Según el reportaje, existe una cultura de transparencia completa, que se basa en la denuncia de los compañeros que lo están haciendo mal.
Se trata de una práctica conocida como Keeper Test (que podría traducirse como test de mantenimiento, en castellano) en la que se pregunta a los trabajadores si lucharían por mantener a otro empleado en la nómina de la empresa.
Otra de las prácticas frecuentes serían los careos públicos, especie de cara a cara entre pares y jefes y subordinados, donde se alienta a dar feedback sin complejos del trabajo del otro, remarcar los errores y así la persona que está siendo apuntada con el dedo, tiene la oportunidad de hacer una defensa donde explica porque actuó mal.
Además, cuando se despide a una persona, el resto de empleados son informados con todo lujo de detalles por correo electrónico sobre los motivos que han empujado hacia su despido.
Esto estaría provocando un problema mayúsculo en la organización, ya que los mandos medios con tal de protegerse las espaldas, están tirando al choque a los subordinados con sus errores. Así ellos evitan sus despidos y como siempre el «hilo se corta por lo más delgado».
Sin embargo, en el reportaje del Wall Street Journal, se deja entrever que esta práctica no es del todo molesta para los empleados, sobre todo considerando las altísimas sumas de dinero que ganan en promedio como sueldo.
A través de un comunicado después de que saliera el reportaje, Netflix se remitió a decir lo siguiente:
