El connotado multimillonario, tuitero empedernido, presunto drogadicto y genio de la tecnología Elon Musk, otra vez está en problemas.
Hace unos días, probablemente con fuertes presiones de la junta directiva, Tesla sacaba un comunicado firmado por Musk donde detallaba que las intenciones convertir a la empresa en una de carácter privado ya no eran tal.
Recordemos que esas intenciones se hicieron públicas de manera poco ortodoxas, con él tuiteando al voleo, así no más, lo que evidentemente enojó a muchos.
Es más, el enojo llegaría a tales de niveles que rumores apuntan a una inminente salida del empresario como CEO de Tesla, alegando, supuestamente, «problemas personales».
Ahora, según informa Reuters, gracias a todos estos movimientos por culpa de los tuits del excéntrico sudafricano, las acciones de la compañía están en un período algo inestable, y el comunicado impactó con una caída del 3%.
Analistas financieros y consultoras como Goldman Sachs y Morgan Stanley ayudaron en su decisión, pero sin ir más lejos ya es sabido que mandaron fuertes cartas a la junta directiva para que «controlaran» la situación de Elon Musk.
Sin ir más lejos, Cowen and Co, en una carta a sus clientes dicen que esperan que «los últimos 17 días abrirán un camino para traer a un CEO más operacional, o al menos un COO». O sea, esperan con ansias la salida de Musk.
Desde la partida de los escándalos de la vida privada y los tuits del CEO de Tesla, la empresa ha perdido 718 millones de dólares, lo que para su magnitud no es tanto, pero si es una alerta para los inversionistas.
En lo que respecta a lo práctico, la compañía planea acelerar la construcción de su auto más barato hasta ahora, el Model 3 y además existen planes de abrir una fábrica de baterías en China, pidiendo dinero prestado a bueno… bancos chinos.