La decisión de no poner vacunas a los menores se ha extendido a lo largo de todo el mundo. A pesar de que expertos advierten los riesgos, se trata de una opción que aún es mantenida por muchas familias. En Australia buscan erradicar esta tendencia.
Expertos en inmunización han manifestado preocupación al ver cómo enfermedades erradicadas, o cuya incidencia había bajado, están resurgiendo en varios países. Sin ir más lejos enfermedades como Difteria, tos ferina, tétano, paperas, sarampión han aumentado en algunos países.
Se trata de un problema de salud pública que tiene alerta a los australianos. Las consecuencias son bastantes, y afectan a los hijos de estas familias (que no han sido vacunados), como también a otras personas vulnerables que puedan ser infectadas.
Por esto, en 2015 se comenzó a implementar la política » No Jab, No Play «, que prohibía a los niños no vacunados asistir a centros educativos. Así mismo, desde el 2016, el gobierno de Australia lanzó el programa No Jab, No Pay, que descontaba beneficios monetarios, al finalizar cada año, a las familias que no vacunaban a sus hijos.
Ahora estas medidas se han incrementado en el país. Dan Tehan, el Ministro de Servicios Sociales, dijo que partir del 1 de julio, los padres que no vacunan a sus hijos perderán parte de sus pagos de apoyo quincenales. Los ciudadanos serán multados con 28 dólares australianos (USD$20.8) por cada niño sin vacunar, cada 15 días. Esto fue lo que mencionó públicamente:
¿Crees que en tu país debiesen aplicarse medidas de este tipo?