Cualquier cosa conectada a internet puede ser intervenida de forma remota y ni los sistemas más sofisticados se salvan. Que lo digan en Washington DC: hackers rumanos se infiltraron en la red de la ciudad y tomaron control de las cámaras de vigilancia de la ciudad.
Según el informe emitido por el gobierno (vía CNN), los asaltantes en cuestión se metieron a los computadores que controlaban 123 cámaras de vigilancia de la policía (de un total de 187). La idea era repartir ransomware y malware mediante correo electrónico, para lógicamente pedir rescate después.
El documento oficial es una declaración del agente especial James Graham, del servicio secreto estadounidense. Y en él se explica con todo lujo de detalles la forma en que Alexandru Isvanca y Eveline Cismaru, los ciudadanos rumanos acusados, “conspiraron para cometer fraude” y “acceder sin autorización a computadores protegidos para llevar a cabo el fraude”.
La investigación duró varios meses y a los hackers se le rastreó a través de las diversas direcciones de correo electrónico que utilizaron para comunicarse entre ellos. Y pese a que fueron descubiertos, igual lograron tomar control de los equipos entre el 9 y el 12 de enero de este año, operando los computadores de forma remota: ejecutando programas y almacenando archivos.
Como no podía ser de otra forma, el gobierno está tomando acciones legales y a los rumanos les podría caer un castigo ejemplar. Al final, la ficción de Watch Dogs no era tan ficción.