En una conferencia titulada Biohacking y Robótica chilena en LAC: Rompiendo el paradigma, el experto en robótica, Rodrigo Quevedo, junto a su equipo de desarrolladores, abordaron la historia y vanguardia de la robótica chilena. La cita también sirvió para exponer los últimos trabajos personales, de Robotics Labs, Rotatechno y abordar el rol del biohacking en el transhumanismo.
La cita tuvo lugar en la séptima versión del 8.8 Computer Security Conference, una de las instancias más relevantes en materia de seguridad informática, celebrada en Chile. El ingeniero hizo un repaso por esta ascendente disciplina, realizando un estado del arte sobre el desarrollo de la robótica local y su experiencia en instancias educacionales, como en el “Festival de Robots”, que se instituye para acortar las brechas tecnológicas.
Rodrigo explicó la importancia de desarrollar instancias como Robotics Labs para continuar fomentando la ciencia en el país. Junto con abordar el impacto del primer hub de robótica aplicada de Chile, explicó que sus líneas de desarrollo estaban orientadas a producir investigación y desarrollo (I+D), áreas de suma relevancia para generar innovaciones tecnológicas, acelerar los procesos de transferencia de conocimiento y conseguir influir socialmente.
En este marco, el ingeniero junto a su equipo de trabajo, expuso uno de los inventos más destacados de Robotics Labs y Rotatechno (empresa de robótica social), es una silla que trabaja en base a señales cerebrales. La máquina se denomina Silla Overmind y funciona mediante sensores que captan señales, las que a su vez son transformadas en instrucciones para la máquina. El invento funciona en base a un software que permite ayudar a las personas con discapacidad motriz. Esto último, comprende generar tecnologías que involucren electroencefalografía e interfaces cerebro-computador.
Hacia una transhumanidad
El sistema fabricado por los entusiastas y expertos de estas tecnologías, funciona aprovechando las señales que puede producir el organismo humano. Por ejemplo, con un pestañeo fuerte, la Silla Overmind puede iniciar su funcionamiento, siendo de gran utilidad para quienes tienen impedimentos. El aparato procesa señales y las transforma en acciones, según contó Quevedo, y las señales están en prácticamente todo, siendo una puerta de entrada para el desarrollo para tecnologías nunca antes vistas.
Este tipo de adelantos, posibilitan el desarrollo de una nueva forma de hacer ciencia y tecnología, donde se puedan resolver los impedimentos físicos de personas con discapacidades e incluso agudizar nuestras propias habilidades mediante la robótica. El biohacking es probablemente uno de los términos que mejor engloba esta idea, donde mediante técnicas biológicas, eléctricas o químicas, entre otras, se busca amplias las capacidades mentales y físicas de las personas.
Para Quevedo, el siguiente paso en la experimentación robótica está en mezclar la inteligencia artificial para con la cibernética, que según cuenta, es el arte de dominar los sistemas, la ciencia que estudia la regulación automática de los seres vivos. La innovación y nuevas formas de potenciar nuestras capacidades biológicas son el primer ciclo de desarrollo de una sociedad transhumana, donde la integración de las máquinas en las personas, facilitaría y extendería nuestra evolución.
Dentro de los desafíos lógicos de este tipo de tecnologías, está entender de una manera certera el comportamiento humano y potenciar la seguridad de los elementos mecánicos que se incorporan. Tal como Silla Overmind, tras estos mecanismos existen softwares que deben ser mejorados constantemente.