En 1996, el género de plataformas tuvo un punto de quiebre. El estreno de Super Mario 64 cambió por completo el paradigma de esos clásicos juegos de avance lateral; los mundos tridimensionales habían llegado para quedarse y Nintendo creó el punto de partida de una fórmula en ese entonces en pañales, pero que se iría puliendo conforme avanzaran los años.
El estudio británico Rare fue uno de los alumnos aventajados de la época, creando para Nintendo 64 dos entregas de la saga Banjo-Kazooie que tomaron la receta de Super Mario 64 y la aplicaron con su estilo propio. Un oso acompañado de un pájaro recorrían el mundo recolectando notas musicales y derrotando enemigos con un estilo caricaturesco que calzaba perfecto con los rústicos modelados llenos de polígonos de la época.
Con el paso de los años, los plataformas en 3D fueron cambiando y ocupando un lugar secundario, tras los juegos de acción en general y los títulos de disparos. Y mientras solo Nintendo siguió produciendo títulos impecables con Mario como bandera, en el resto de consolas no hubo casi ningún juego que diera resultados similares. Y el clavo a la tumba de Banjo-Kazooie se lo dio la propia Rare, con Nuts & Bolts de Xbox 360. Un olvidable juego que es mejor olvidar.
Pero que los juegos del estilo ya no sean tan abundantes no significa que estén muertos. Yooka-Laylee es precisamente el fruto de un grupo de desarrolladores, ex-integrantes de Rare, que quisieron tomar el toro por las astas creando un juego que utilice todos los elementos que identificaron a los títulos de antaño. Para lo bueno y lo malo, Yooka-Laylee sigue con la exacta misma receta de 1996.
La influencia de Banjo-Kazooie en Yooka-Laylee es evidente desde el primer minuto y no solo con el nombre, sino con el esquema de dos personajes que colaboran para moverse por escenarios y plataformas; un camaleón en vez de un oso y un murciélago en vez de un ave. Yooka-Laylee es, ante todo, un juego de recolección de objetos, que ahora no son notas musicales sino páginas de un libro repartidas a lo largo de cinco grandes mundos. Con páginas se abren mundos, con páginas se expanden mundos, con plumas se compran nuevos movimientos y con nuevos movimientos se accede a nuevas páginas y zonas que esconden páginas. Si han jugado Banjo-Kazooie antes, entienden la idea.
Yooka-Laylee toca todas las notas de la partitura de los juegos de su estilo. Playtonic Games se va totalmente a la segura apuntando a los jugadores más nostálgicos, aplicando de forma correcta el modelo y no rompiendo nada en el camino. Lo que funcionó a la perfección antes en forma de mecánicas de juego (saltos, diseño de niveles, progresión dentro del juego) sigue funcionando bien ahora, sin desviarse del camino en lo más mínimo.
Y eso también engloba una de las principales críticas que se le pueden hacer a un juego como Yooka-Layle, que arriesga poco y nada. El formato se replicó tan bien que resulta imposible abstraerse a elementos que tal vez hace dos décadas no revestían problema alguno por tratarse de la infancia del género. Hoy, 2017, resulta un poco raro escuchar a los animales del juego hablar con ese tipo de sonidos o, en ocasiones, tener que sufrir con los movimientos involuntarios de la cámara.
Yooka-Laylee, definitivamente, no propone nada nuevo. Simplemente, cumple al pie de la letra con lo que Playtonic Games prometió en su proyecto de Kickstarter inicial. Ni más, ni menos.
Ahora bien, no cabe duda que Yooka-Laylee es un juego bien planteado y que disfraza bien sus defectos a la vez que resalta todas sus virtudes, particularmente las artísticas. Porque más allá de que se trata de una producción de mediano presupuesto, el juego se ve muy bien. Quienes jugaron Banjo-Kazooie el año de su estreno, imaginen lo que pensaría el niño de 10-12 años de 1997 al ver Yooka-Laylee en movimiento.
Por sobre todas las cosas, Yooka-Laylee termina siendo un juego bastante fresco en su ejecución. No se aleja un ápice del formato mega probado que sólo Nintendo ha renovado y explotado pero gracias a eso es que las limitaciones bien intencionadas de Yooka-Laylee convierten al juego en una suerte de testimonio de otra época. Con la existencia de Yooka-Laylee, ya no es necesario ir a los viejos Banjoo-Kazooie o Conker para conocer la infancia de un género que la industria ya casi ha olvidado. Tal vez una segunda parte sea la oportunidad para jugar cartas nuevas. Yooka-Laylee simplemente juega las de siempre, y las juega bastante bien.
Yooka-Laylee cuesta USD $40 y está disponible en PlayStation 4, Xbox One y PC. Una versión de Nintendo Switch está anunciada aunque todavía no hay fecha de estreno.