Definitivamente, 2017 no ha sido de los mejores años para Uber.
Según reporta Reuters, la compañía estará enfrentando una investigación criminal por parte del Departamento de Justicia debido al uso de Greyball, una aplicación de Uber que permitía identificar a los usuarios (y sus datos) antes de que estos solicitaran un vehículo. ¿Con qué fin? Inicialmente para el bien: con Greyball se podía ver si un usuario estaba cometiendo algún tipo de fraude o no, si su tarjeta de crédito estaba en orden o cosas por el estilo.
Básicamente, con Greyball Uber aseguraba que los términos de su servicio se cumplieran.
El problema es que, por encima de todos los cuestionamientos éticos que se le pueden hacer al software, además Uber utilizó Greyball para burlar la justicia en ciudades donde Uber como tal no tiene autorización para operar. Con Greyball los usuarios veían una versión diferente de la aplicación, que de una u otra forma (por ejemplo: escondiendo la ubicación de los vehículos cercanos) servía para esquivar a los encargados de impartir justicia, que obviamente ya estaban identificados a través de Greyball.
A raíz del asunto, un tribunal del norte de California ya notificó a Uber de la investigación y por ende, la compañía tendrá que declarar de forma oficial sobre sus actos. Eventualmente, esta investigación podría terminar en cargos criminales, aunque por ahora todo está en fase muy temprana como para hacer un vaticinio.
De alguna forma, Uber se estuvo cubriendo las espaldas hace un tiempo; primero, reconociendo que utilizaron Greyball y luego prometiendo que no se utilizaría de forma poco ética.
Lo cierto es que, más allá de como termine el caso, se suma un nuevo problema a la dirección de la empresa que durante el último tiempo fue prohibido completamente en Italia y además se metió en líos con la justicia por ignorar recomendaciones sobre el uso de vehículos autónomos.