No cabe duda de que el ataque de ransomware que vivimos el pasado viernes fue uno de los más grandes de nuestra historia, en donde de paso quedó demostrado lo vulnerables que son nuestros sistemas ante este tipo de robos. Lo cierto es que, a pesar de que la tecnología ha avanzado de forma meteórica en este último tiempo, muchos dispensadores de dinero siguen funcionando con un software tremendamente antiguo en varias partes del mundo, por lo que Microsoft decidió, de manera extraordinaria, lanzar un parche de seguridad para nuestro querido y viejo Windows XP.
Teniendo en consideración que la cuenta final fue de 200.000 equipos en más de un centenar de países, la medida llega justo como anillo al dedo para aquellos que pensaban que sus cuentas bancarias se verían comprometidas con este ataque informático (a pesar de que lo cierto sea que sólo algunas organizaciones empresariales se vieron afectadas por el hecho, no así la gente común y corriente), motivo por el cual, si bien las versiones anteriores de Windows ya contaban con una medida protectora, ayer fue el turno del sistema operativo lanzado en 2001.
No es de extrañar que el lanzamiento de este parche es extremadamente inusual, ya que el programa base no cuenta con soporte de seguridad desde hace bastante tiempo ya, sin embargo acá podríamos aplicar perfectamente la máxima “medidas desesperadas para situaciones desesperadas”, y es que realmente nadie vio venir este tremendo ataque.
Lo cierto es que se hace exageradamente urgente modernizar nuestros sistemas de seguridad y computacionales, sobre todo en el caso de los cajeros automáticos, aparatos que aún en 2017 se encuentran operando con Windows XP. ¿Alguien, por favor, quiere pensar en los niños?
