Un juez de Philadelphia obligó a Google a entregar mensajes de sus usuarios al FBI, incluso si estos se encuentran fuera de los servidores norteamericanos, medida que supone una clara violación a la privacidad de quienes ocupan este servicio.
La medida fue ejecutada en pro de una investigación por fraude doméstico ocurrido en este lugar, lo que recuerda al caso de Microsoft ocurrido en julio del año pasado por un caso de tráfico de drogas, en donde, en primera instancia, también se forzó a la empresa para entregar correos electrónicos, medida que posteriormente fue revocada.
“El magistrado en este caso tomó una decisión equivocada y planeamos apelar a la decisión”, argumentó Google por medio de una declaración publicada hoy en The Independent, agregando que “continuaremos peleando para eliminar estos requerimientos limítrofes”.
La medida se toma gracias a que, para aumentar el desempeño del servicio de mensajería electrónica, los correos son divididos en partes y destinados a distintos data centers alrededor del mundo, por lo que nunca queda claro dónde podría estar almacenado un mensaje enviado, por ejemplo, en los Estados Unidos.
Durante los próximos días se sabrá la decisión final sobre este caso, ya que el requerimiento no ocurrió con efectos inmediatos para la empresa en cuestión.
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