Lo “freak” suele definirse como algo “estrafalario”, “extraño”, incluso puede pasar a la categoría “de culto” o “de colección” e hilando más fino pareciera ser toda esa capa de cultura popular que rodea nuestra cotidianeidad y le da un sentido de pertenencia a una historia “no oficial”.
A lo “freak” se dedica hace varios años el ingeniero civil chileno Joaquín Barañao, que entusiasmado por este tipo de datos, creó una web y ha publicado varios libros sobre la materia. Datosfreak.org fue el cohete inicial para salir al espacio de la historia explicada desde el punto de vista “paralelo” y no convencional. Ese lanzamiento es la base además para los libros “Historia Universal Freak” volúmenes I y II, dónde Barañao relata variados acontecimientos desde una perspectiva curiosa y de historieta.
Fayerwayer conversó sobre lo “freak” con Joaquín y descubrió que eso de ser “raro” es como decía Bertolt Brecht: “Aquello que no es raro, encontradlo extraño. Lo que es habitual, halladlo inexplicable. Que lo común os asombre”.
¿Cómo lo freak se vuelve esencial para entender cambios y procesos históricos?
Lo freak tiene varias utilidades: Operan como un ancla en la memoria, es decir, a través de hechos asombrosos puede recordar de mejor manera cosas que sí son esenciales. Por ejemplo, uno podría no recordar las consideraciones políticas del Imperio Romano, pero sí uno recuerda ciertos datos curiosos del imperio romano y con eso hacer asociaciones que de otra manera serían muy improbables. En segundo lugar operan como gatilladores de interés, y en tercer lugar las curiosidades, cuando son históricas te dan el contraste entre cómo se hacían las cosas y cómo se hacen hoy; cómo antes se pensaba y cómo se visualiza hoy. El hecho de que el contraste histórico se transforme en algo asombroso es muy elocuente de los cambios que hemos vivido.
¿Hay un prejuicio con lo freak? Quizás desde un mundo más académico e intelectual es mal visto.
Yo creo que más que un prejuicio, la palabra freak es de esas palabras que tiene múltiples significados. Por un lado por ejemplo está el circo de los “freak”, donde está la Mujer Barbuda, el enano y eso por supuesto que tiene una connotación negativa. Nadie quería ser un freak en el siglo XIX. Para el 2016 por otro lado, la palabra “freak” tiene una connotación lúdica, lo cual pareciera restarle seriedad, y es correcto también decir que no es un libro que pertenezca a la Academia.
Tienes un capítulo para la ciencia y la tecnología en el libro. Parece que acá lo freak va más de la mano de lo fortuito, de encontrarse por azar con algo. De hecho parece que la ciencia y tecnología no avanza sin una idea freak detrás. Sin ese ensayo y error.
Los libros de historia más tradicionales suelen ser más políticos y este es un libro que contiene muchísima más ciencia y tecnología que los libros tradicionales de historia universal y eso fundamentalmente tiene que ver con dos cosas: 1- Con mi formación, yo soy ingeniero y 2- Soy un convencido, y acá me distancio de los historiadores, de que los procesos políticos evidentemente son sumamente importantes, pero lo que más a fondo a redibujado la historia humana son los cambios tecnológicos. Lo que realmente nos cambia la vida depende mucho más de los avances científicos que de los devenires de las grandes decisiones políticas. El Estado Islámico puede o no prosperar, Donald Trump puedo haberle o no ganado a Clinton, pero lo que realmente está sentando las bases para cómo vamos a vivir en el mundo en las siguientes décadas es lo que está pasando en los laboratorios de las universidades y en los debates en Silicon Valley.
En las historias de las personas que han cambiado el rumbo del conocimiento, vamos a ver una gran cantidad de relatos asomobrosos.
Dos de los ejemplos más contemporáneas de la tecnología y lo freak están asociados en tu libro con Steve Jobs y Bill Gates. ¿Qué descubriste de ellos?
Steve Jobs y Bill Gates han influido más en nuestras vidas que probablemente mucho de los grandes líderes de la guerra fría. Si alguien hubiese atentado contra (Leonidas) Brezhnev a los dos años de su mandato el mundo sería el mismo. Pero si Microsoft no hubiera existido, el mundo sería distinto, estaríamos usando otro tipo de interfaces y horas que pasamos en nuestros dispositivos serían distintas. Son dos personas que reconfiguran el mundo que conocemos y es altamente sabrosa su historia de rivalidad y de cooperación, porque se genera ahí una dicotomía curiosa; por ejemplo la primera versión de Office salió para Mac. Por lo tanto son dos personas que permanentemente se encontraban y se distanciaban. Eran dos obsesivos del trabajo, ya que en el caso de Bill Gates, él se aprendía las patentes de sus empleados, por lo que tenía una noción de quién se iba más temprano o más tarde. Hay una famosa foto de Bill Gates arrestado en los años 70 en Alburquerque y ese es el perfil de contacto de Outlook.
Me imagino que en los tiempos actuales tan hiperconectados, se abren nuevas perspectivas para más historias “freaks”. ¿Cómo ves ese escenario con internet y el apogeo de las redes sociales?
El mundo en que vivimos genera una gran cantidad de información, pero además hay múltiples herramientas de curatoria para destacar lo más significativo. El concepto del RT o del Me gusta en Facebook y Reddit son tres ejemplos de métodos que existen y que la humanidad ha diseñado para manejar toda la información.
Cuéntanos un poco de datosfreak.org, porque es dónde nació la inquietud para escribir estos libros. ¿Cómo funciona la plataforma y cómo puede colaborar la gente?
El año 2003 yo partí con la inquietud de saber hacer páginas web y como pretexto para tener contenido en esos sitios, usé un pequeño stock de datos freaks que yo tenía por ahí y esa fue la semilla. Partí con este desafío construyendo esta web a través del blog de notas, lo que ahora está completamente obsoleto y evolucionó desde una horrible web del look Geocities a una página que intentó imitar a Digg.com, y ahora está inspirada en IBMD.com, que tiene la idea de hacer rankings de calidad. Y lo que tenemos es una enorme biblioteca de 3.600 datos de 13 años de trabajo y la gente aporta y verificamos específicamente con el gran arsenal de libros escaneados que tiene Google. Antes de internet este proyecto no hubiera sido posible, no se habrían podido chequear las fuentes, habría sido inmanejable.