Luego de que los vehículos autónomos de Uber comenzaran a dar ciertos problemas en California, el Departamento de Vehículos Motorizados de dicho estado envió un documento para que la empresa cesara de testear dicho servicio en su comunidad. No obstante, con el paso de los días, según indica hoy The Verge, la compañía continuó realizando pruebas de este tipo, lo cual decantó en que entrara al juego el Fiscal General de esta ciudad y que todo se pusiera color de hormiga.
Ahora la entidad gubernamental amenazó con acciones legales a la firma privada de transportes, así como también a otras veinte instituciones que se encuentran tanteando este terreno, si es que no detienen de manera inmediata sus ensayos con estas máquinas.
A pesar de que Uber dijo en un comunicado de prensa que estas pruebas se encontraban paralizadas, tiempo después aseguraron que los automóviles no eran realmente autónomos, sino que tenían controladores humanos a distancia, lo cual -según ellos- no requiere un permiso especial para transitar por las calles de la ciudad.
De todas formas, si es que la empresa no acata la decisión del Fiscal General, este “solicitará una medida cautelar y otra reparación apropiada”, según el documento oficial de la entidad norteamericana.
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