Chile es reconocido mundialmente por sus condiciones climáticas y geológicas que posibilitan el desarrollo de la astronomía a nivel internacional. Sus cielos oscuros son considerados los mejores del mundo para esta práctica, sin embargo, están bajo amenaza constante debido a la contaminación lumínica. Por esta razón, la Asociación Internacional de Cielos Oscuros (IDA) decretó la creación de un inédito santuario.
El nombre que llevará el sitio no es casual, ya que Gabriela Mistral fue siempre una enamorada del Valle del Elqui, su lugar de nacimiento, y aficionada a contemplar las estrellas desde allí.
Dada su condición de laboratorio natural, en el norte de Chile se encuentran emplazados, además de AURA, varios observatorios de colaboración internacional. Es más, se estima que para el 2022 el 70% de los datos astronómicos se obtendrán desde algún centro astronómico ubicado en el país.
El hecho de implementar un santuario de cielos oscuros también servirá de ejemplo para otros observatorios que buscan la oscuridad de los cielos, fundamental para la investigación en el campo de la astronomía. La preocupación por proteger los cielos oscuros es un tema que en Chile comenzó a tratarse en los años noventa.