En Reino Unido parece haber una batalla contra el libre acceso a Internet -enfatizando en los sitios con contenido sexual-, la cual, si bien ha sido bastante larga, no ha tenido los frutos esperados en ningún caso. Aprovechando el periodo eleccionario que por estos días se vive en el país europeo, el Partido Conservador prometió implementar un filtro de edad en todos los sitios pornográficos a nivel nacional, llegando incluso a bloquear a aquellas páginas que no se unan a esta iniciativa.
La promesa de campaña ya ha provocado ciertos resquemores en quienes trabajan en el área de Internet, dado que una medida de estas características es difícil de instalar y muy costosa, además de ser inviable, dada su alta tasa de omisión en la mayoría -por no decir la totalidad- de los casos (digamos las cosas como son: todos “hemos tenido más de 18 o 21 años” en la red alguna vez). Por otro lado, el método en cómo se implementará todavía no ha sido revelado, por lo que se ha llegado incluso a pensar en tarjetas de crédito -sin aplicación de cargos a la misma- como llaves de acceso a contenido pornográfico, aún cuando esto no signifique un mayor problema para la mayoría de los británicos.
El sustento para adoptar esta decisión es un estudio que revela que un 10% de los niños entre 12 y 13 años presenta algún grado de preocupación respecto a su relación con la pornografía, llegando a mencionar la palabra “adicción” dentro de sus declaraciones. No obstante, dicha investigación ha sido objeto de constantes críticas, dado que OnePoll, grupo que condujo la muestra, pagó a sus entrevistados para responder los cuestionarios y cobró dinero por los resultados a firmas de relaciones públicas, poniendo así en duda la veracidad de los datos obtenidos.
Los únicos que parecen estar de acuerdo con esto, además de sus impulsores, son los grupos que defienden los derechos del niño, quienes han mostrado su preocupación en reiteradas ocasiones por el cada vez más libre acceso que los más pequeños tienen a estos contenidos en Internet. “Cualquier acciones que haga más difícil encontrar este tipo de material para los más jóvenes es bienvenido”, dijo a The Verge un portavoz de la ONG National Society for the Prevention of Cruelty to Children.