La Casa Blanca anunció esta tarde que inyectará recursos a la policía de Estados Unidos por USD $263 millones, destinados a perfeccionar su entrenamiento para usar adecuadamente todo el equipamiento paramilitar que posee este sector, así como también para comprar videocámaras personales que los policías deberán portar en sus ropas para vigilar su comportamiento (y los de las personas con quienes interactúen).
Del dinero anunciado, unos USD $75 millones estarán destinados exclusivamente a la compra de 50.000 cámaras de vigilancia para la ropa, las que serán distribuidas a policías de todo el país con el fin de tener un registro de las actividades que cometen, lo que ha sido frecuentemente solicitado por activistas desde las protestas de Ferguson, localidad de EE.UU. en la que un elemento de seguridad mató de varios tiros a un joven de 18 años de raza negra que se encontraba desarmado.
Los recursos son considerables, pero las 50.000 cámaras no serán suficientes para los más de 750.000 policías que actualmente están activos en Estados Unidos.
Muchos departamentos de policía de ese país dan cuenta de que portar cámaras en la ropa decanta en resultados bastante beneficiosos, tanto para sus miembros como para los ciudadanos. Por ejemplo en Rialto, California, se adoptó la medida y se ha notado que, en un año, las quejas de los ciudadanos disminuyeron 88% y el uso de la fuerza bruta de la policía bajó 60 por ciento.