En Armageddon, después de una lluvia de meteoritos que causa estragos en Nueva York, los expertos de la NASA inspeccionan el espacio y descubren algo terrorífico: un asteroide del tamaño de Texas se dirige a la Tierra a toda velocidad. Si impacta contra el planeta, causará una catástrofe de tal magnitud que extinguirá la vida sobre la faz de la Tierra. Al descubrir el terrorífico futuro de nuestro mundo, los científicos ponen manos a la obra para encontrar una solución que consiste en desintegrar el asteroide antes de que éste destruya la Tierra.
Los desastres naturales que amenazan el futuro de nuestro planeta son un tema recurrente en el cine. Pero ¿y si el peligro fuese real? ¿Cómo nos enteraríamos de que el fin del mundo está cerca o que sólo es cuestión de horas o minutos? ¿Cómo habría que anunciarlo a la población? ¿Y quién debería hacerlo?
Red Internacional de Alerta de Asteroides
La idea, aunque quizá lo parezca, no es para nada descabellada. En 2008, los astrónomos detectaron el asteroide TC3 en trayectoria de colisión con la Tierra. Sin embargo, los expertos del Centro de Planetas Menores en el Observatorio Smithsonian de Astrofísica, institución que recopila las observaciones de asteroides y cometas, no recibieron permiso para informar oficialmente sobre ese objeto que viajaba a toda velocidad hacia Sudán hasta varias horas después de haberlo identificado. El problema: no sabían cómo hacerlo. No existía un protocolo preparado para anunciar al mundo que se tomasen las medidas necesarias para mitigar daños.
Por suerte, el TC3 sólo tenía el tamaño de un coche y no provocó grandes daños: explotó a aproximadamente 50 kilómetros del suelo y los fragmentos del meteorito se desparramaron en el desierto de Nubia, en Sudán. Sin embargo, en el espacio existen asteroides de mayores dimensiones capaces de generar catástrofes de gran magnitud. Por ello, desde hace un año, un equipo de científicos e ingenieros designado por Naciones Unidas trabaja en un plan para detectar e informar al planeta cuando se detecte un cometa o un asteroide potencialmente peligrosos.
En el grupo hay representantes de todas las instituciones que se dedican a monitorizar y estudiar meteoritos y asteroides: NASA, ESA, JAXA nipona, CNRS francés, Academia de Ciencias Rusa, el Centro Aeroespacial de Alemania y varias instituciones académicas más.
Uno de los primeros cometidos de los expertos fue crear un organismo que coordinase y centralizase la respuesta y que fuese el único referente válido para la humanidad. Una entidad a la que se pueda consultar, de la cual fiarse en caso de preocupación y con quien informase con rigor llegado el momento. Esta institución fue bautizada como Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN).
© NASA
Plan de actuación
La última reunión de la IAWN se celebró el pasado mes de septiembre y, recientemente, presentó un informe en el que señala cómo debería anunciarse el peligro de que una roca espacial golpee la Tierra.
Si el meteorito afectase sólo a una región concreta del planeta, IAWN avisaría directamente a los líderes políticos de los países amenazados y serían estos gobiernos quienes informarían a su población.
Si se tratara de una amenaza global, que pusiera en riesgo a buena parte del planeta, habría que decidir de forma conjunta cómo hacerle frente. La “ventaja” en estos casos es que los asteroides más grandes reflejan más luz y se detectan antes, por lo que tendríamos más tiempo para preparar una respuesta. El Grupo Asesor de Evaluación de Misiones Espaciales de la ESA (SMPAG) se encargaría de evaluar la efectividad de la solución propuesta en función de los distintos escenarios que podrían suceder según la velocidad, tamaño, ángulo de entrada, material, etc., del meteorito.
© IAWN
Además de todo esto, el grupo de la IAWN ha creado una escala de riesgo, inspirada en la de los huracanes, para evaluar el peligro que entraña un asteroide. Se denomina escala Broomfield y oscila entre la amenaza de tipo 1 (color verde) para rocas de menos de diez metros de diámetro, y la amenaza de tipo 6 (color negro) en la que se incluirían meteoritos de más de 600 metros que podrían causar una destrucción global en el planeta.
Según la IAWN, es seguro que, algún día, la Tierra volverá a recibir el impacto de un asteroide capaz de destruir un pueblo, una ciudad o una región. Lo que no sabemos es cuándo tendrá lugar esta colisión.
Con los protocolos instaurados hasta ahora, la IAWN afirma que ya estaría suficientemente preparada para responder proporcionando información científica clara y rigurosa a los gobiernos en el caso de que un episodio así sucediese el próximo año.